Arturo RodrĆguez GarcĆa
Clase polĆtica uniforme. El 10 de junio de 2013, el Museo Tecnológico de la Comisión Federal de Electricidad fue escenario de una concentración de poder, reedición temporal āo quizĆ”s no tanto– del antiguo arreglo hegemónico que, con sus sectores azul y amarillo, pretendĆa materializar un postulado presidencial:
āMĆ©xico demuestra que sĆ es capaz de transformarse, en democraciaā.
Los espacios destinados a la prensa eran insuficientes para la multitud de reporteros nacionales y extranjeros destinados a cubrir la concreción de uno de los primeros objetivos del llamado Pacto por México, como lo fue la reforma constitucional en materia de telecomunicaciones. Un grupo de reporteros tuvimos que permanecer en la explanada donde encontré a Jenaro Villamil. Juntos, vimos la transmisión en vivo, instalados bajo el toldo de un puesto de garnachas.
Era una reedición de las antiguas cargadas, en los mejores momentos para el peƱanietismo, que por esos meses recuperaba el brillo de la parafernalia priĆsta y la unanimidad en torno a la figura presidencial sólo para perderlo un aƱo despuĆ©s, ante la espantosa e inocultable realidad de violencia, corrupción e impunidad.
A diferencia de los reporteros nacionales, al salir, los corresponsales extranjeros āaun aquellos ignorantes de la polĆtica mexicana y fĆ”cilmente impresionables, que contribuyeron a la promoción del efĆmero Mexican Momentā buscaban una posición para el contraste. No la encontraban ni en los izquierdistas históricos como Pablo Gómez que salĆan exultantes del evento. El reportero Villamil, fue la Ćŗnica fuente que explicaba las trampas de la reforma, indescifrables para la población, por sus tecnicismos e intereses soterrados.
Un aƱo antes, las protestas del movimiento #yosoy132 trastornó el trĆ”nsito de una elección que, por la vĆa de la inducción, estaba resuelta. El conjunto de mensajes que generaba la percepción de mero trĆ”mite electoral, se impactó por ese movimiento y el reclamo que pocos podĆamos prever: democracia efectiva y pluralidad mediĆ”tica.
(Personalmente, no he podido resolver cómo fue que despuĆ©s de cinco aƱos de militarización, con la altĆsima cuota de sufrimiento que afectó amplias zonas del paĆs y redujo las libertades fundamentales, un estado de excepción de hecho, la rebeldĆa juvenil se expresara en algo menos tangible: el reclamo democrĆ”tico y libertad de expresión).
Entre los pocos que habĆan publicado abundante información, asociando la democracia electoral y el desequilibrio en medios, destacaba Jenaro, reportero de Proceso, cuyo primero de cinco libros al respecto apareció en 2001 (El poder del raiting, de la sociedad polĆtica a la sociedad mediĆ”tica. Plaza & JanĆ©s. 2001).
El tema es una de sus obsesiones y el seguimiento que ha dado al comportamiento de los poderes público y privado, desemboca ahora en el lanzamiento de su nuevo libro La rebelión de las audiencias. De la televisión a la era del trending topic y el like (Grijalbo. 2017).
El libro nos alerta de las amenazas del poder: interacciones falsas, campaƱas negras, violaciones a la neutralidad de la red, e inclusive, a la privacidad y honor de las audiencias. TambiĆ©n es motivo de esperanza en tanto explica la ola de rebeldĆa que, gracias a las posibilidades que la tecnologĆa ofrece, conforman una participación ciudadana hasta hace unos aƱos inverosĆmil. En medio, la crisis de los medios tradicionales y las formas en que eso repercute en el poder y los negocios que a su amparo florecen.
Todo, documentado por un periodista acucioso, cuyo libro resulta indispensable para comprender las nuevas condiciones de la dicotomĆa democracia-medios en MĆ©xico.
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