Arturo RodrĆ­guez GarcĆ­a

Los privilegios de la clase gobernante en este país son indignantes en muchos sentidos, especialmente, cuando se sabe que éstos trascienden la temporalidad de los cargos para perpetuarse en pensiones, personal y beneficios pagados con dinero público.

En la edición 2163, actualmente en circulación, Ɓlvaro Delgado dio cuenta de los ingresos y beneficios que, conforme a información pĆŗblica, tienen los expresidentes de MĆ©xico y –retomando datos del libro ā€œCuĆ”nto cuesta a los mexicanos mantener a los expresidentesā€, de Hilda Nucci y Ernesto Villanueva– acredita que MĆ©xico es el paĆ­s con mejores prestaciones para un exmandatario de entre 21 naciones analizadas.

Unknown-2La cifra de 205 mil pesos, correspondía hasta 2017 a lo que percibía un secretario de Estado, apenas 4 mil pesos menos que el presidente en funciones, Enrique Peña Nieto, que para el ejercicio fiscal 2018, contempló en su proyecto de presupuesto, aumentar la percepción para él y los suyos.

Eran los dĆ­as de la incertidumbre, de la liberación del precio de gasolina y las condiciones adversas en la relación con Estados Unidos, dada la posición nacionalista asumida por Donald Trump, que disparó el dólar a mĆ”s de 21 pesos, cuando en su mensaje de AƱo Nuevo y la tristemente cĆ©lebre declaración sobre el agotamiento de ā€œla gallina de los huevos de oroā€, el 5 de enero de 2017, PeƱa Nieto prometió bajarse el salario, junto con todos los mandos superiores del gobierno, un 10%. Pero ni eso cumplió.

De hecho, cuando en noviembre se presumió con ahínco que se había conseguido un incremento histórico al salario mínimo, se anunció con días de diferencia, el aumento salarial para el presidente Peña Nieto y sus altos funcionarios. No se sabe si ese incremento salarial alcanzó a los expresidentes que cobran pensión vitalicia.

ClxfbrBWkAAQ_MBLos incrementos salariales que se ha procurado Peña Nieto, permiten un comparativo, por inmoral, escandaloso: él ha conseguido aumentar su percepción en alrededor de 12 mil pesos mensuales que es mÔs o menos la misma cantidad que gana en promedio una familia mexicana, de acuerdo a la Organización para la Cooperación y del Desarrollo Económico (OCDE).

Un insulto a la desgracia: en las cifras desagregadas de acuerdo al INEGI en 2017, es posible advertir que, hasta el aƱo pasado, habƭa 7 millones 577 mil personas que este aƱo ganan 2 mil 650 pesos mensuales; hay 14 millones 119 mil personas que se ubican entre esa cantidad y los 5 mil 300 pesos mensuales. Podrƭamos seguir.

La opulencia y el despilfarro es patente en muchos aspectos, pero volviendo al caso de los expresidentes, hay información que desconocemos. Y es que, si se tomara en cuenta lo que ganan serĆ­a imposible que pudieran mantener el tren de vida que llevan y aquello no declarado que poseen… por ejemplo, obras de arte.

Unknown¿Cómo puede un expresidente como Salinas tener la mansión que ocupa en la Ciudad de México y haberse mantenido varios años viviendo en el extranjero? Cómo puede Felipe Calderón llevar una vida lúdica, de eventos vip y viajes internacionales, mientras mantiene a sus hijos en universidades privadas y postula a su esposa, desempleada desde hace tiempo, a la Presidencia? Cómo es que la historia de niño pobre que llegó a Presidente, terminó en participaciones accionarias de grandes empresas como en el caso de Ernesto Zedillo y descendientes? Y ¿cómo se sostiene el Centro Fox?

Las pensiones son la evidencia oficial del exceso. La vida de lujos patenta su corrupción.

 

 

Por Arturo Rodriguez GarcĆ­a

Creador del proyecto Notas Sin Pauta. Es ademÔs, reportero en el Semanario Proceso; realiza cÔpsulas de opinión en Grupo Fórmula y es podcaster en Convoy Network. Autor de los libros NL. Los traficantes del poder (Oficio EdicionEs. 2009), El regreso autoritario del PRI (Grigalbo. 2015) y Ecos del 68 (Proceso Ediciones. 2018).

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