Por Monserrath Torres / Imagen: Proceso foto
Debo confesar que me resultó sumamente lamentable cuando de un momento a otro, sobre la calle Real de Mayorazgo en la alcaldía Benito Juárez, fueron cortados los árboles que acompañaban a los transeúntes en su camino hacia el metro Coyoacán, la Cineteca Nacional o el centro comercial. En total 54 árboles, que tardaron años en crecer y ganarse un lugar en esta gran metrópoli, dejaron de existir.
La responsabilidad del ecocidio corresponde a la Torre Mítikah. Nueve trabajadores de la inmobiliaria fueron puestos a disposición de las autoridades competentes. Los vecinos denunciaron que la tala incluyó una camioneta con el logotipo de la Ciudad de México y que en su momento presentaron una autorización parcial, es decir un Permiso Administrativo Temporal Revocable para realizar la actividad sobre la vía pública. La jefa de Gobierno de la capital, Claudia Sheinbaum, respondió a los hechos señalando que se aplicarán las sanciones necesarias y se resarcirá el daño ambiental. Sin embargo, el daño ya está hecho, con todo y la falta de autorización de la Secretaría de Movilidad y de la Secretaría de Seguridad Pública.
Los afectaciones ambientales en México son diversas, y otra de las consecuencias a las que nos enfrentamos son los incendios, que si bien podrían controlarse, las autoridades no han puesto el suficiente empeño señalando que la administración anterior tuvo una gestión deplorable. Llamó la atención el mapa de la NASA en el que fueron ubicados 144 incendios en 21 estados del país vistos desde el espacio, además de su comparación con años anteriores. Bastaba con salir de nuestros hogares para sentir el aire pesado, los ojos llorosos, la garganta irritada y un olor a quemado para notar que algo no estaba bien en el ambiente. Después de varios días con una mala calidad del aire, la Comisión Ambiental de la Megalópolis, al fin anunció la activación de la Contingencia Ambiental Atmosférica Extraordinaria.
Con estos eventos recibí con agrado la noticia de que la capital prohibirá los plásticos de un sólo uso con sus debidas excepciones para el 2020. En otros estados de la República ya se han implementado estas medidas y me parece prudente que vayamos tomando responsabilidad con la prevención para no tener que afrontar consecuencias en las que no haya vuelta atrás.
Las señales son claras. ¿Estamos dispuestos a cooperar, a mejorar nuestros hábitos de consumo, a reducir desperdicios, respetar las normas y proteger la flora y fauna que nos queda? o simplemente aceptaremos nuestra condena. Pareciera que todos en algún momento somos pequeños Donald Trump, negando el efecto invernadero en el planeta, a pesar de estar viviendo las consecuencias y los factores que lo producen.

Por Arturo Rodriguez García

Creador del proyecto Notas Sin Pauta. Es además, reportero en el Semanario Proceso; realiza cápsulas de opinión en Grupo Fórmula y es podcaster en Convoy Network. Autor de los libros NL. Los traficantes del poder (Oficio EdicionEs. 2009), El regreso autoritario del PRI (Grigalbo. 2015) y Ecos del 68 (Proceso Ediciones. 2018).

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