Para mamá Lu
De José Reséndiz
Quería escribir un poema a la banqueta
o sobre ella, pero en mi calle no hay.
En su lugar nacen verdolagas y quelites
al borde de una casa de adobe
tan resistente como mi abuela,
mujer con pulmones de acero
que a pesar de cocinar con leña
sobrevive a las inclemencias del humo
que lejos de marchitarla
le hace florecer.
Ella asegura que en el espíritu
es donde es necesario el progreso
y no en una banqueta.
Si hubiera, pondría música,
bailaría una huapango sobre ella
y quién sabe, tal vez cavaría
un hoyo al lado de mi puerta
para plantar un árbol
que me dé sombra mañana.
¡Hay mamá mía!
¿Qué pensará Dios de mi pueblo cuando regrese?
Sólo espero que no sea alérgico a la pobreza,
que no venga caminando
para que sus sandalias no se llenen de mierda
y que no le moleste el polvo,
porque tampoco tenemos pavimento.
Lo leí pensando en mi abuela que esta ahora en el cielo…