DE UN MUNDO RARO
Por Miguel Ángel Isidro / Imagen: Hugo García Michel

En este espacio hemos hecho reiteradas referencias al año de 1994, con las revelaciones que ello implica en relación a la edad.

Un año vertiginoso y controvertido en lo político y social, pero que también tuvo espacio para asuntos interesantes en el terreno del entretenimiento.

En ese mismo año, comenzó a ser publicada una revista denominada “La Mosca en La Pared”, para los efectos más conocida simplemente como La Mosca.

Dicho esfuerzo editorial era encabezado por el periodista Hugo García Michel, y aunque su temática central giraba en torno al rock, también contaba con espacios dedicados a otras actividades como la literatura, el cine y la política.

Entre otras plumas, en dicha revista aparecían trabajos del inolvidable Armando Vega-Gil, Verónica Maza, Fedro Carlos Guillén, Paty Peñaloza, David Cortés, Fernando Rivera Calderón y El Capitán Piyama, entre muchos otros autores.

Una de mis secciones favoritas se llamaba “El soundtrack de mi vida”, y era una pequeña entrevista en la que distintos invitados -músicos, escritores, locutores y cineastas- compartían sus aficiones musicales.

El contenido y orden de las preguntas era siempre el mismo, pero las respuestas siempre llevaban a los lectores a terrenos insospechados. No me considero un melómano, ni una personalidad a seguir en estos tiempos del “trending topic”, pero la evocación de dichas publicaciones me mueve a la tentación de compartir con ustedes “El Soundtrack de mi Vida”, en base al cuestionario ya referido.

¿Cuál fue el primer disco que escuchaste?

Probablemente fueron dos: “Las Mañanitas” de Javier Solís, que contenía, además del popular canto cumpleañero, temas bien pegadores, como “El peor de los caminos” y “Popurrí de Ojos”.

El segundo seguramente fue un LP titulado “Yo te recordaré” de la orquesta de Roger Williams, con versiones instrumentales de temas como “El Sonido de la Música”, “Zorba el Griego” o “A taste of honey” (de Los Beatles). Esa era el tipo de música que les gustaba a mis papás.

¿Cuál fue el primer disco que compraste?

En mi cumpleaños número 10, me regalaron 100 pesotes. Así que el domingo, en el tianguis de la San Felipe de Jesús me hice de un álbum nuevecito: el “Shout At the Devil” de Mötley Crüe. Mi hermano Toño, cuatro años mayor que su servidor, ya era todo un adolescente y gran fan del metal, y no me quise quedar atrás. El marchante del puesto de discos tenía el álbum a todo volumen y con la ilustración del central despegada (era un LP sencillo, pero la funda era parecida a la de los dobles, con las fotografías de los cuatro miembros de la banda al interior). No lo pensé ni cuatro segundos. Era un trancazo.

¿Cuál fue el primer disco que le envidiaste a alguien por no poderlo tener?

Pues no fue uno, sino varios. A finales de los ochentas, ya en primero de secundaria, con la rebeldía juvenil encima, me entró el gusto por la música del Three Souls In My Mind. Me gustaba que fuera un rock irreverente y contestatario. Y pues resulta que uno de mis amigos me presentó a un compa, José Luis, se llamaba. Y ese vato tenía TODA la discografía del Three.

Algunos discos eran casi inconseguibles, editados en los setentas por el desaparecido sello Cisne Raff. Ya en el 84, se oficializó la ruptura del grupo original y así surgiría El Tri de Alejandro Lora, con el disco “Simplemente”, que obviamente compré de inmediato.

Hasta la fecha creo que es el mejor disco del Tri.

¿Cuál es tu disco favorito para manejar?

Depende. No soy un ermitaño, pero gracias a la música he aprendido a disfrutar el viajar solo. Si manejo en carretera, me gusta escuchar de corridito el “Ten” de Pearl Jam.

Si es para la ciudad, me late “El Circo” de La Maldita Vecindad y los Hijos del Quinto Patio.

Si viajo en familia, alternamos playlists entre mi esposa, mi hija mayor y yo. Gracias a esa práctica -que aprendí de mi padre, como ya lo relaté en otra entrega- conocí de artistas como Pierce The Veil, Lana del Rey o The 1975.

¿Cuál es el disco que mejores recuerdos de trae?

Son tres, que recuerdo especialmente aunque los compré separados: el
“Bossanova” de Pixies, el “Blood Sex Sugar Magik” de Red Hot Chilli Peppers y el “Diver Down” de Van Halen. Los compré en el tiempo en que estudiaba en el Sistema de Universidad Abierta de la UNAM; iba a clases los sábados en la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales y a veces saliendo de clases me descolgaba al Tianguis del Chopo. Dos de esos discos los compré porque no pude hacerlo cuando se estrenaron (el de Pixies y el de los Peppers) y el tercero era para reponer el que tuve en vinil, y que me lo robaron.

¿Cuál es el disco que más te avergüenza tener?

Fueron dos, y producto de experiencias similares.

El primero fue el “Abominong” de Uriah Heep. Lo compré en una barata en Comercial Mexicana, en una época en que escuchaba mucho metal, y lo hice sólo porque me impactó la portada, con una grotesca cabeza de demonio. Cómo es sabido, Uriah Heep es una banda más cercana a la psicodelia que al metal. Por la imagen yo esperaba algo como Motörhead o Judas Priest, pero… pues no. Las apariencias engañan.

Además estaba muy chavo y demasiado fanatizado por el metal como para agarrarle la onda al Uriah Heep.

El segundo era de una banda de synth pop llamada “When in Rome”. En esa época ya había abierto mis horizontes musicales gracias a bandas como Erasure, The Cure y Depeche Mode. Encontré ese disco en la misma sección y me dejé llevar por el sonido del único hit del álbum: “The Promise”. Pero ya escuchando el contenido completo pensé: “Si éste dueto fuera mexicano saldría en Siempre en Domingo, alternando con Magneto y Lara y Monarrez o alguna cochinada de ésas”… así que su destino fue el rincón más obscuro del librero.

¿Cuál es el disco que más lamentas haber perdido?

Mi hermano Toño y yo estábamos castigados por alguna tropelía, y como éramos cómplices musicales, parte del castigo era que teníamos prohibido comprar discos por un tiempo determinado. Un domingo que salimos en familia, nos encontramos con el “Ace of Spades” de Motörhead en precio de oferta, y lo compramos a escondidas de mis papás. Pero cometimos un error: ocultarlo detrás del asiento de la camioneta de mi padre. Llegando a casa, del escondite rescatamos sólo la funda del disco con trozos de vinil adentro. De todos modos mi hermano usó la legendaria portada para forrar una carpeta.

¿Cuál es el disco que adquiriste más recientemente?

En estos tiempos de descargas digitales, y debido a no tener tiempo para andar buscando en tiendas, he optado por las novedades de Spotify.

El último album que descargué completo fue el “Etcé7era”, de La Banda Bastón.

¿Cuál es el disco que más te ha influenciado en la vida?

Muy probablemente el “Let it Be” de Los Beatles. Después de escucharlo decenas de veces y ver la película en compañía de Lety, mi hermana mayor (QEPD ), me convencí a mí mismo de que hay música que trasciende modas. Descubrí ese álbum como unos diez años después de su lanzamiento, y yo era apenas un niño. Y significó mi paso de la música infantil al rock, directo y sin escalas.

¿Cuál es el disco que prefieres para hacer el amor?

Pues como que depende el momento y las energías, pero a mí el funk me prende cañón. “Lovesexy” de Prince es sin duda un gran disco para hacer bebés.

¿Cuál es el disco que quisieras que tocaran en tu funeral?

Definitivamente quisiera que en mi funeral hubiera muchísima música, pero sin duda “Beggars Banquet”, de los Rolling Stones. Dramático, emotivo , y a la vez envuelto en un fino pero no menos cínico sarcasmo.

¿Cuáles serían los 5 discos que te llevarías a una isla desierta?

1.- “Doolittle” de The Pixies, una de mis bandas favoritas de todos los tiempos.

2.- “El Diablito” de Caifanes. Para mi gusto uno de los mejores discos de rock que se han producido en México.

3.- El “Abbey Road”, de los Beatles, que sin duda alguna es una obra artística atemporal y con una producción impecable.

4.- Haría algo de trampa con el “No Talking, Just Head” de The Heads, el proyecto donde Chris Frank, Tina Weymouth y Jerry Harrison, ex integrantes de Talking Heads lanzaron una docena de temas reemplazando a David Byrne por una variedad de cantantes, entre ellos Deborah Harry (Blondie), Michael Hutchence (INXS) y Shaun Ryder (Happy Mondays). Una extraña forma de tener varios tipos de música en un solo álbum.

5.- Y pues ya en la misma trampa, me llevaría el box set con el soundtrack de la serie “Breaking Bad”, con artistas como Gnars Barkley, TV On The Radio, Norah Jones y hasta el dueto mexicano Rodrigo y Gabriela. Fue lanzado en 2018 con motivo del décimo aniversario de la serie, y hasta donde sé, es prácticamente inconseguible.

Hace ya algún tiempo desistí del furor coleccionista; y no me he dejado cautivar por el retorno de los vinilos simplemente por no tener que lidiar con el embrollo de disponer de un sitio donde almacenarlos. Las plataformas digitales son el espacio ideal para quienes tenemos vocación de nómadas en ésta confusa era de humanos híper conectados pero socialmente desvinculados.

Sé que para muchos es cuestión de calidad y hábitos de consumo, pero adoro la idea de poder viajar a cualquier lugar del mundo y tener mi música favorita a la mano sin tener que cargar con cajas de compactos, vinilos o casetes.

¡Que viva la música!

Twitter: @miguelisidro

Soundtrack para la lectura:
⁃ Javier Solís (México) “El peor de los caminos”
⁃ Mötley Crüe (Estados Unidos) “Looks that kill”
⁃ The Beatles (Inglaterra) “Get Back”
⁃ Pixies (Estados Unidos) “Wave of mutilation”
⁃ Caifanes (México) “Antes de que nos olviden”

BONUS TRACK
– The Heads (Estados Unidos) “Don’t take my kindness for weakness”

Por Arturo Rodriguez García

Creador del proyecto Notas Sin Pauta. Es además, reportero en el Semanario Proceso; realiza cápsulas de opinión en Grupo Fórmula y es podcaster en Convoy Network. Autor de los libros NL. Los traficantes del poder (Oficio EdicionEs. 2009), El regreso autoritario del PRI (Grigalbo. 2015) y Ecos del 68 (Proceso Ediciones. 2018).

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