Tres de Tres

Por José Luis Enríquez Guzmán

En 1935 don Pablo abandonó los resguardos fronterizos y se trasladó con su familia a Monterrey, Nuevo León, donde vivió durante un año en la casa de su hermano José. Un año después la familia González Ramírez se mudó a una casa ubicada en la esquina de Vallarta y 5 de Mayo, cerca de la Alameda. Posteriormente, don Pablo abrió una farmacia que compró junto con su esposa. El joven Eulalio contaba que fue difícil adaptarse al ritmo de una ciudad en crecimiento, que contrastaba con la tranquilidad de los pueblos fronterizos. Como él dice: “tuve que confiar en mí mismo para adaptarme y lograr que el aldeano que había sido hasta entonces, en una gran ciudad”.

Mientras sus hermanos acudieron al Colegio Fernández de Lizardi, Eulalio contó haber asistido al Instituto Laurens, una escuela privada con enfoque cristiano, fundada por el pastor John B. Laurens a finales del siglo XIX. El instituto fue el primero en ofrecer una educación bilingüe, en español y en inglés, en el estado. Sin duda, la disciplina cristiana contrastó con la vida libre que llevaba Eulalio en los pueblos fronterizos, ya que cuenta que varias veces se escapó del colegio para ir al centro de Monterrey, a veces acompañado por un joven Abel Quezada, quien tiempo después se convertiría en uno de los caricaturistas más conocidos de México. Se iban a la plaza a hacer caricaturas de las personas para ganar algo de dinero. Eulalio practicó el dibujo, sino profesionalmente, al menos sí “en secreto”, al grado que, una vez que ya fue conocido exclusivamente con el mote del “Piporro”, su autógrafo era una caricatura de sí mismo hecha rápidamente.

Posteriormente, Eulalio ingresó a la Escuela de Bachilleres de la Universidad de Nuevo León, en el área de Medicina, de la que, de acuerdo con Eulalio, fue expulsado por haber participado en una huelga estudiantil. En 1934 hubo un intento de movimiento estudiantil al interior de la institución de educación superior regiomontana, sin embargo fue apaciguado violentamente por la policía el 2 de octubre de ese año. Eulalio ingresó a la preparatoria en 1936 o 1937, por lo que no pudo participar en el conato de movilización. Quizá participó en una protesta menor, pero ameritó que lo sacaran. Terminó la educación media superior, aunque se desconoce la institución donde lo hizo, e ingresó a la Academia Zaragoza una institución privada, donde se tituló como contador  o, como aparece en su título, en “Teneduría de Libros”, en 1941.

Durante su época universitaria Eulalio amenizaba las reuniones de la sociedad de alumnos con versos humorísticos que componía especialmente para la ocasión. Esta composición de versos, que serían otra de los talentos que lo acompañaron toda su vida, era tan famosa y pegajosa, que esos productos llegaron a oídos del director de la academia, Anastasio Treviño. Eulalio cuenta que, debido a la habilidad con que desarrollaba su pasatiempo, le ofreció ir a trabajar al diario El Porvenir con Jesús Cantú Leal, nada más y nada menos que el dueño del periódico. Ahí lo mismo escribía notas policíacas, de política o sobre el Partido Nacional Revolucionario, o lo mandaban por refrescos o iba a cubrir un evento cultural, daba lo mismo. Gracias a ese empleo de periodista, o de office boy mejor dicho, se mantuvo económicamente mientras estudiaba; pero sería ese mismo oficio el que lo introduciría al mundo del espectáculo, al que, como decía Eulalio, “llegué por pura casualidad”.

 

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