Enola Holmes
Enola Holmes

Uno de los aspectos fundamentales dentro de la sociedad contemporánea es la maternidad/paternidad responsables. Práctica que considera plantearse la pregunta ¿quiero tener hijos?, el uso de métodos anticonceptivos, la planificación familiar y claro, las garantías económicas, materiales, psicológicas y emocionales que le permitan, al nuevo ser, desarrollarse en óptimas condiciones. Sin embargo, ¿qué tan benéfico resulta brindarles a las hijas e hijos, todas las facilidades en la vida? Es la interrogante que trata de responder Eudoria Holmes.

Enola Holmes es un film protagonizado por Millie Bobby Brown (Enola Holmes), Henry Cavill (Sherlock Holmes), Sam Claflin (Mycroft Holmes) y Helena Bonham Cartes (Eudoria Holmes). Esta cinta narra la que será la primera ventura de la menor de los Holmes, quien al descubrir que la mañana de su décimo sexto cumpleaños su madre ha desaparecido, se embarca hacia Londres con el fin de dar con su paradero. En el primer trayecto del viaje conoce al Lord Tweksbury (Louis Partridge) con quien entabla una relación semi romántica que termina por llevarla a abandonar la búsqueda de su madre para descubrir los motivos por los cuales la vida de Lord Tweksbury corre tanto peligro como los avances políticos del voto femenino.

Sin duda, como se ha mencionado en muchas páginas y artículos de opinión acerca de la película, existe en ella un corte feminista que, si bien no se desarrolla en plenitud, sí deja algunos puntos que son dignos de reflexión. Entre estos aspectos destaca, especialmente, el de la peculiar noción de educación misma que Eudoria Holmes pone en práctica con Enola y que bien podría ser el hilo conductor de toda la trama.

Lo primero que salta a la vista es el nombre de la protagonista, cuyo origen es explicado al inicio de la trama. Enola es el resultado de una, nada arbitraria, mezcla de letras de la palabra alone cuya traducción del inglés es: solo o sola. ¿Por qué una madre, en pleno siglo XlX, esperaría que su hija estuviera sola? Una de las primeras concepciones que Eudoria trata de inculcar en Enola es la desmitificación de la idea de que solo a través de alguien más podemos estar completos.

La palabra “sola” bien podría servir como eufemismo de “completa”, idea que podría surgir del diálogo que sostienen Eudoria y Enola al respecto de los objetivos en la vida: “Crea tu propia pintura, no pierdas tu rumbo por otras personas, en especial los hombres”. Esta noción rompe completamente con la tergiversada idea del amor platónico: un TODO que se separó y ahora busca encontrar su otra mitad para estar nuevamente completo.

Cuando esta madre se dirige a su hija para decirle: “Te va a ir muy bien sola”, le otorga el valor de reconocerse no solo completa, sino como la “persona correcta” de su propia vida. A través de estas palabras emancipa a su hija de la inútil espera de la “persona ideal” que llegue a completarla o llenar un vació inexistente en ella. No es que su madre le sugiera una vida de ermitaña, simplemente la prepara para ser ella: con, sin y a pesar de los demás.

Esta preparación socrática a la que Eudoria expone a Enola, está llena de aspectos que sirven a distintos fines. A lo largo de la película se hace énfasis en que la educación de la protagonista se compone de la parte cultural, la científica, la artística y, por supuesto, la preparación física. Alejada de la civilización y sin contacto con el mundo exterior ¿por qué Enola es educada de manera tan inapropiada para una mujer de su edad y clase social en su época?

Como es bien sabido, a principios y mediados del siglo XlX, las mujeres eran adiestradas en las habilidades domésticas que les serían de utilidad al casarse y tener hijos, razón por la cual Mycroft intenta recluir a Enola en la escuela de señoritas. Sin embargo, la madre de la protagonista evita que Enola entre el contacto con esta sociedad para que no se contamine de su cultura, ideas y prejuicios. Es así como se establece, dentro de la película que el juego de roles es una construcción social y nada más.

Cuando Eudoria abandona a Enola y sus hermanos regresan a casa a averiguar qué sucedió, se encuentran a una mujer instruida, poco familiarizada con las normas de convivencia social y claro, altamente perspicaz. La interrogante que los carcome es ¿para qué mundo educó madre a Enola? Es un cuestionamiento de difícil respuesta pero que trata de plantearse a lo largo de la película. Enola estaba preparada para afrontar al mundo, su madre la educó, no para encajar en la realidad en la que le tocó vivir (“¡No soy refinada!”) sino para sobrevivir en el mundo, vivir a su manera y tratar de cambiar su época. Por supuesto, queda preguntarse ¿por qué Eudoria no comparte este viaje de descubrimiento con Enola, como lo hace cualquier padre y madre?

En Eudoria no hay un gramo de paternalismo. Elije formar a una mujer fuerte, autosuficiente tanto física, económica como emocionalmente y la deja vivir su propia vida, forjar su camino sin que deba atender a los deseos, expectativas y preocupaciones de nadie más que no sea ella misma. Decide alejarse y permitir que ella vea al mundo a través de sus propios ojos, se forme opiniones y tome decisiones, en vez de imponerle la visión de la sociedad de sus tiempos, la de sus hermanos e incluso la de ella misma. “Nuestro futuro depende de nosotros”, es la frase con la que ella anima a su hija a salir de esa casa y vivir como ella le había enseñado, libre.

Hay dos caminos que puedes tomar, Enola: el tuyo o el camino que otros elijan por ti” Es lo que la protagonista recuerda cuando encuentra el dinero que su madre le deja, ella piensa que le ofrece los recursos necesarios para que la encuentre, pero en realidad, su madre deja todo listo para que ella se encuentre así misma. “Si quieres quedarte en Londres sé fuerte, sé muy fuerte, pero no lo hagas para encontrar a alguien, hazlo para encontrarte a ti misma”.

Eudoria está consciente de los peligros del mundo y aún así deja que su hija los enfrente sola, no por falta de amor, sino por exceso de él. La vida está llena de riesgos y un padre o una madre no siempre estarán para librar a sus hijos e hijas de ellos, lo único que pueden hacer es prepararlos para afrontar esos peligros y confiar en que lo hicieron bien. Es bajo esa premisa que la madre de la protagonista la arroja a un mundo que desconoce por completo, pero no por ello no está prepara para enfrentarlo.

“Trata siempre de emocionarte y no de decepcionarte ante la posibilidad de algo nuevo”. El mundo que la espera fuera de las paredes en donde nació, las personas que conocerá en el camino, el camino mismo donde andará son posibilidades nuevas para Enola. Por supuesto, la prepara para una vida en la cual no todo está decidido y planificado desde el momento en el que el médico dijo: “es mujer”. Destierra de ella todo miedo a lo diferente, busca que aprenda a amar y a acoger la singularidad, sea cual sea la forma en la que esta se presente.

Sherlock le dice a Enola: “La decisión siempre es tuya, lo que la sociedad piense u opine no te controla y madre lo demostró” Un padre, una madre son los ejemplos de las y los hijos. Cada niño y cada niña debe saber que es extraordinario, extraordinaria y es importante hacérselos saber, pero no de una forma paternalista, sino desde el esfuerzo constante que hacemos con nosotros mismos.

Como madre, Eudoria, ofrece la oportunidad de repensar el papel que se desempeña en la vida de los hijos e hijas, termina con la falsa idea de que es obligación de los padres y madres librar a sus hijos e hijas de todo error, dolor o sufrimiento, al contrario, propone hacerlos valientes para afrontarlos, sabios para identificarlos y fuertes para enmendarlos. El papel del padre o la madre es estar ahí para mostrarles que no son de cristal, que deben ser vulnerables, pero no débiles, permeables, pero no frágiles.

Tal vez Nancy Springer, a través de Eudoria, trata de expresa que las nuevas prácticas de educación y crianza deben estar encaminadas a formar seres humanos libres, que sean capaces de cambiar sus realidades y puedan disfrutarlas sin miedo:

“No te abandoné porque no te amara, me fui por ti, porque no soporté que este mundo fuera tu futuro. Tenía que luchar. Uno debe hacer ruido si quiere ser escuchado”

Por Paola Licea

Soy amante de las letras y de los pensamientos. Licenciada en APOU Candidata a Mtra. En Humanidades

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