Por: Ernesto Palma Frías

El nombramiento de Delfina Gómez al frente de la SEP es la mejor descripción del proyecto educativo de la 4T, ya que pone en evidencia el grado de importancia que le otorga el presidente López Obrador al sector educativo nacional: ninguno.

El único argumento que se le ocurrió al presidente López para justificar la designación de Delfina, es que ninguna maestra de primaria había ocupado ese cargo, nunca. Seguramente así razonó luego de que sus colaboradores cercanos lo apremiaran a nombrar al sustituto de Esteban Moctezuma, a quien tampoco se le extrañará en la SEP, por cierto. Claro, tiene el pretexto de la pandemia para justificar su ineptitud y servilismo hacia Ricardo Salinas, su verdadero patrón, a quien servirá desde la embajada en EUA.

A Delfina le aguarda el regreso a clases. Para eso no necesitará proyecto educativo alguno. Ya la televisora preferida del régimen lopezobradorista dejó trazada la estrategia para continuar “educando” a los niños y jóvenes a través de programas transmitidos por las principales televisoras del país. Se espera que las clases presenciales se reanuden en tanto las autoridades sanitarias determinen el semáforo verde, por entidad federativa.

La dupla Salinas Pliego-Moctezuma estaba empujando la reanudación de clases presenciales para enero de 2021, argumentando que los efectos de la pandemia son muy reducidos en los niños y que las escuelas garantizarían las medidas para evitar contagios masivos. Esta estrategia estaba autorizada por el presidente López Obrador, quien siempre ha minimizado los efectos de la pandemia entre la población.

La intención oficial de reanudar las clases presenciales en todos los niveles del sistema educativo mexicano, se ha reavivado ante la posibilidad de que la población sea vacunada durante los primeros meses del próximo año. Sin embargo, todavía no se tiene certeza de que la vacuna llegue a todos los rincones del país, en las fechas programadas y por lo tanto, la reanudación de clases presenciales quedará sujeta a que tanto alumnos como maestros estén en condiciones de acudir a los planteles educativos, sin el riesgo de contagiarse de Covid-19.

Mientras tanto, Delfina tendrá (en apariencia) tiempo suficiente para revisar las estrategias heredadas por  Salinas Pliego- Moctezuma, que permitirán el tránsito del ciclo escolar 2020-2021 y la transición para el siguiente periodo escolar, que aparentemente se realizaría ya en los planteles escolares. Para entonces, (septiembre del 2021), en México habrían ocurrido algunos sucesos relevantes:

En junio del 2021 se realizarán elecciones federales y la renovación del Congreso de la Unión. Si dicho proceso electoral es ganado por Morena y nuevamente logra obtener la mayoría en las Cámaras de Diputados y Senadores, el presidente López Obrador saldrá fortalecido y empujará las reformas constitucionales que requiere para perpetuarse en el poder. No habrá oposición legislativa a sus iniciativas y ocurrencias. En ese escenario los mexicanos nos enteraríamos de lo que realmente es la 4ª Transformación. La elección federal del 2021 desvelará las intenciones reales de López Obrador. Entonces tal vez, se conozcan más detalles de su proyecto educativo, si es que lo tiene. Hasta el momento sólo se puede especular que es un tema que no figura en sus planes inmediatos. Pero si consolida su proyecto político con el triunfo electoral del próximo año, tal vez se definan algunos alcances de su intencionalidad en el ramo educativo.

En el otro escenario, en el que Morena pierda su mayoría en el Congreso de la Unión, López Obrador se radicalizará y emprenderá una lucha contra sus opositores, quienes limitarán sus aspiraciones reeleccionistas y transexenales, al acotarle espacios en el manejo discrecional de los recursos públicos y la fiscalización de los programas sociales. Esta disputa política llevará a que López se asuma como víctima de sus opositores y abandone a su suerte a sectores muy vinculados con la población, como el de salud o el  educativo.

Sin recursos y en proceso de reconstrucción del tejido educativo, los planteles deberán enfrentar carencias y abandono oficial, en aras de la “austeridad republicana”. Para eso necesitarán a Delfina, quien servirá como operadora política ante las organizaciones docentes como el SNTE o la CNTE, a quienes tratará de mantener como aliados de Morena y evitar que las inconformidades de los docentes se salgan de control.

Si algo se confirma con el nombramiento de Delfina en la SEP, es que el presidente López Obrador necesita ahí a una operadora política que le garantice el control de las organizaciones gremiales. Delfina será una interlocutora con los docentes  a quienes les garantizará la continuidad del compromiso presidencial de no afectar sus intereses a cambio de que en el 2021 apoyen a los candidatos de Morena.

Aunque muchos vieron que el nombramiento de Esteban Moctezuma era una promoción para el peón de Salinas Pliego, en realidad no apreciaron que la intención real de López era posicionar a su alfil en un sector que será estratégico para las elecciones federales del 2021. Una jugada maestra.

Con Delfina no hay, ni habrá proyecto educativo. Su misión será afianzar el apoyo del magisterio al proyecto político de López Obrador y en eso Moctezuma no le servía al presidente, porque siempre privilegió su lealtad a su antiguo empleador y Delfina ha demostrado ser una operadora eficaz, porque conoce bien los sótanos del poder político y los entretelones de las negociaciones sindicales.

Delfina fue una  eficaz recaudadora de López Obrador en Guerrero. Ahora recaudará votos para la 4T desde el emblemático escritorio en la SEP. En la elección del 2021, AMLO cobrará al magisterio -a través de Delfina- la factura de haber “borrado hasta la última letra” de la reforma educativa peñista.

De cualquier forma, está por demás si la maestra Delfina tiene o no las credenciales para ocupar la oficina de Vasconcelos y de Torres Bodet. Lo que resulta preocupante es que López Obrador pretenda convertir a la SEP en bastión electoral el próximo año, en un proceso que podría terminar con sus aspiraciones, si la oposición logra arrebatarle el control de las Cámaras de Diputados y Senadores.

Mientras se define el destino político de la 4T, la inexistencia de un proyecto educativo  dejará a nuestro país a la deriva, rezagado del desarrollo educativo, científico y cultural del resto del mundo. Ojalá y este retroceso que afectará a varias generaciones de niños y jóvenes mexicanos, no dure más allá de los seis años que inevitablemente estamos padeciendo. 

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