(CNN) â ÂżEstĂĄs relativamente delgado pero te estĂĄ creciendo la «panza cervecera»? ÂżTu cintura ha desaparecido recientemente en lĂnea recta con tus caderas? Entonces no te sorprendas si en tu prĂłxima revisiĂłn mĂ©dica sacan una cinta mĂ©trica y te rodean la cintura, por muy delgado que estĂ©s en general, en lugar de basarse sĂłlo en tu Ăndice de masa corporal (IMC) para determinar tu peso saludable.
De hecho, la mediciĂłn del perĂmetro de la cintura deberĂa ir acompañada de una bĂĄscula como parte de cualquier evaluaciĂłn de la salud, segĂșn las nuevas directrices publicadas este jueves por la AsociaciĂłn Americana del CorazĂłn (AHA por sus siglas en inglĂ©s) en la revista Circulation.
Ello se debe a que las investigaciones demuestran que una barriga prominente puede ser un signo de lo que se denomina tejido adiposo visceral, una forma peligrosa de grasa que envuelve los Ăłrganos en el interior del cuerpo.
«Los estudios que han examinado la relación entre la grasa abdominal y los resultados cardiovasculares confirman que la grasa visceral es un claro peligro para la salud», dijo la doctora Tiffany Powell-Wiley, jefa del laboratorio de determinantes sociales de la obesidad y el riesgo cardiovascular de los Institutos Nacionales de Salud en Bethesda, Maryland.
La grasa abdominal es diferente
A diferencia de la grasa que se encuentra debajo de la piel, llamada grasa subcutĂĄnea, la grasa visceral aumenta el riesgo de padecer enfermedades cardĂacas, diabetes de tipo 2, accidentes cerebrovasculares y colesterol alto. Los expertos creen que esto se debe a que la grasa visceral produce mĂĄs proteĂnas inflamatorias que estrechan los vasos sanguĂneos, aumentan la presiĂłn arterial, e inflaman los tejidos y Ăłrganos.
Y aquĂ estĂĄ el problema: los expertos subrayan que no se puede dar por sentado que se estĂĄ a salvo de la grasa visceral si el peso general es saludable. Esto se debe a que se puede tener grasa visceral peligrosa aunque no se considere obeso segĂșn los estĂĄndares del IMC, y no tener grasa visceral aunque se sea obeso. Tienes sobrepeso si tu IMC es superior a 25; mĂĄs de 30 se considera obesidad.
ÂżCĂłmo puedes saber si tu estĂłmago sobresale de manera peligrosa? Haz una revisiĂłn.
Busca el hueso de la cadera. A continuación, saca una cinta métrica y -sin meter la barriga, por favor- påsala alrededor de la cintura en la parte superior del hueso de la cadera (que suele estar por encima del ombligo). Exhala normalmente y mide, aseguråndote de que la cinta estå paralela al suelo y ajustada, pero no apretada, sobre la piel.
Las mujeres no embarazadas con una cintura de mĂĄs de 88 centĂmetros y los hombres con una cintura de mĂĄs de 102 centĂmetros corren un mayor riesgo, segĂșn los Centros para el Control y la PrevenciĂłn de Enfermedades de EE.UU.
Si eres de origen asiĂĄtico, el punto de referencia de la grasa visceral se reduce a 80 centĂmetros para las mujeres y 90 centĂmetros para los hombres, segĂșn la Endocrine Society.
TambiĂ©n puedes comparar tu relaciĂłn cintura-cadera. Comienza midiendo tu cintura como se indica mĂĄs arriba, y luego coloca la cinta mĂ©trica en tus caderas en la parte mĂĄs ancha de tus glĂșteos (vistos de lado en un espejo).
A continuaciĂłn, divide la medida de la cintura por la de la cadera: En el caso de los hombres, una proporciĂłn superior a 0.9 indica un mayor riesgo de enfermedades relacionadas con la obesidad. En el caso de las mujeres, disminuye un poco: una proporciĂłn superior a 0.8 indica un mayor riesgo.
Pero se trata de mediciones no mĂ©dicas. La Ășnica forma segura de saberlo es comprobar los niveles de grasa visceral en una tomografĂa o una resonancia magnĂ©tica, dicen los expertos, asĂ que asegĂșrate de hablar de tus preocupaciones con el mĂ©dico.
¿Qué hacer?
SegĂșn el comitĂ© de la AHA, la actividad fĂsica mĂĄs beneficiosa para reducir la obesidad abdominal es el ejercicio aerĂłbico, mejor conocido como cardio.
De hecho, «alcanzar un objetivo de 150 minutos semanales de actividad fĂsica, en particular de actividad fĂsica aerĂłbica, puede ser suficiente para ayudar a reducir la grasa abdominal», dijo Powell-Wiley, que fue la presidenta del comitĂ© de redacciĂłn de las directrices de la AHA.
Este parece ser el caso incluso si el ejercicio no produce una pérdida de peso, añadió.
«Esta disminución de la grasa abdominal sin pérdida de peso puede estar relacionada con el aumento de la masa libre de grasa (o masa muscular) con el ejercicio aeróbico», comentó Powell-Wiley.
El tejido muscular quema mĂĄs calorĂas que el tejido graso. «Sin embargo, queremos destacar que se necesitan mĂĄs estudios para determinar cuĂĄl es la mejor dieta, la actividad fĂsica y otros cambios en el estilo de vida necesarios para reducir la grasa abdominal lo suficiente como para reducir el riesgo de enfermedades cardĂacas», añadiĂł.
AerĂłbico significa «con oxĂgeno», por lo que el ejercicio aerĂłbico aumenta la frecuencia respiratoria y favorece la circulaciĂłn de oxĂgeno por la sangre. Este tipo de ejercicio hace que el corazĂłn sea mĂĄs eficiente y mejora su capacidad de mover la sangre que transporta el oxĂgeno con cada latido. Caminar, correr, andar en bicicleta, subir escaleras y nadar son ejemplos de ejercicio aerĂłbico.
El entrenamiento de fuerza tambiĂ©n es bueno para desarrollar los mĂșsculos y quemar mĂĄs grasa. Pero recuerda que los ejercicios puntuales, como las sentadillas, pueden tensar los mĂșsculos abdominales, pero no se dirigen a la grasa visceral. Hay que poner en movimiento todo el cuerpo.
Por supuesto, también es importante controlar el peso y comer de forma saludable. Lleva una dieta equilibrada con frutas, verduras y cereales integrales, y poca carne procesada, grasas saturadas y dulces.
SegĂșn los estudios, el azĂșcar es un actor especialmente malo cuando se trata de la grasa del vientre. Las bebidas azucaradas son un factor clave porque el cerebro no registra las calorĂas lĂquidas de la misma manera que las sĂłlidas; los estudios demuestran que acabas bebiendo mĂĄs calorĂas en total.
En su lugar, llĂ©nate de alimentos ricos en fibra soluble que el cuerpo no pueda absorber fĂĄcilmente, como frijoles, avena, salvado de avena, salvado de arroz, cebada, cĂtricos, manzanas, fresas, guisantes y camote. Un estudio descubriĂł que cada 10 gramos de fibra soluble ingeridos al dĂa estaban relacionados con una reducciĂłn del 3.7% de la grasa abdominal.
Y, por supuesto, comer menos alimentos procesados y carbohidratos vacĂos tambiĂ©n contribuirĂĄ en gran medida a reducir el peso, incluida esa peligrosa grasa abdominal.
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