
DE UN MUNDO RARO / Por Miguel Ćngel Isidro
Para cuando usted les estas lĆneas, ya habrĆ” tenido lugar la llamada Consulta Popular 2021, organizada por el Instituto Nacional Electoral y consignada entre la opinión pĆŗblica como la āconsulta para enjuiciar a los ex presidentesā.
A reserva de sus resultados, que muy seguramente serĆ”n motivo de un amplio debate, dicho ejercicio concitó posiciones encontradas, mayoritariamente en dos sentidos: quienes desde un principio la consideraron como un ejercicio inĆŗtil invocando la idea central de que āla ley no se consultaā; y en contraposición directa, quienes sostienen la idea de que dicha consulta sentarĆ” las bases para un proceso de justicia transicional, entendida como una necesaria revisión de las decisiones tomadas en el pasado inmediato.
Los partidarios de Ć©sta Ćŗltima idea, entre quienes se encuentran mayoritariamente los simpatizantes del presidente AndrĆ©s Manuel López Obrador, de su partido -Morena- y en general de la llamada Cuarta Transformación han adelantado que, independientemente de los alcances legales de la consulta celebrada este 1 de agosto, el ajuste de cuentas con el llamado āperiodo neoliberalā, comprendido segĆŗn su visión por los sexenios de Carlos Salinas de Gortari, Ernesto Zedillo, Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón y Enrique PeƱa Nieto requiere de la conformación de una Comisión de la Verdad que se encargue de revisar las consecuencias de las decisiones polĆticas y de administración pĆŗblica tomadas desde el gobierno federal durante ese periodo de 36 aƱos.
En rueda de prensa durante una visita a Tapachula Chiapas el pasado 29 de junio, el dirigente nacional de Morena Mario Delgado reclamó para su partido la iniciativa de liderar ese proyecto: āIndependientemente del resultado de la consulta popular, en Morena vamos a buscar la ruta para que se cree una comisión de la verdad y los expresidentes paguen por los crĆmenes que cometieron. No vamos a descansar hasta que se haga justiciaā, aseveró el dirigente morenista.
La moción ha sido replicada por una importante cantidad de legisladores, columnistas y opinólogos afines a la 4T, quienes parecieran ver en la integración de dicha comisión los alcances de un tribunal de alzada con capacidades ultra constitucionales que por fin podrĆa ayudarle al actual rĆ©gimen a ponerle el cascabel al gato en su quijotesca lucha contra la corrupción. Algo asĆ como un premio de consolación en caso de que la famosa consulta no cumpla con las expectativas generadas por sus promotores.
Sin embargo, dicha idea me remite a una anĆ©cdota que alguien atribuyó en su momento al desaparecido ex gobernador de Morelos Lauro Ortega MartĆnez, a manera de lección de pragmatismo polĆtico: āSi quieres salir del paso frente a un problema polĆtico o social, pide a los involucrados que formen una comisión, tan amplĆa e incluyente como el tema lo amerite. Para cuando los comisionados logren ponerse de acuerdo en algo, ya hasta se les habrĆ” olvidado el objetivo de su comisión; o ha se les habrĆ” acabado el sexenioā.
Suponiendo que el presidente López Obrador -ĀæquiĆ©n si no Ćl?- decidiese arropar la propuesta de crear ese organismo plenipotenciario, el principal problema serĆa no sólo a quiĆ©n designar para encabezarla, sino tambiĆ©n sus alcances legales.
Y no es que los ex presidentes del llamado āperiodo neoliberalā no tengan cola que les pisen; al contrario: sus latrocinios en contra del interĆ©s pĆŗblico son mĆŗltiples y variados, y de ahĆ lo complejo del tema. ĀæPodrĆamos poner en la misma bolsa los expedientes del Fobaproa con los de la āGuerra contra el Narcoā, las privatizaciones de paraestatales o el espionaje a periodistas y lĆderes opositores, sólo por mencionar algunos tópicos? ĀæSe imagina usted el equipo multidisciplinario que debiera integrarse para dar seguimiento a cada uno de los temas pendientes de cada sexenio?
La simple labor de jerarquizar las cuentas pendientes de cada ex mandatario implicarĆa un problema mayĆŗsculo. AdemĆ”s la comisión, para tener respaldo legal, debiera contar con la participación de representantes de los tres poderes. Pero si ya de por sĆ los funcionarios federales, los legisladores y los magistrados no cumplen ni con lo que legalmente les toca⦠¿de verdad podrĆan con mĆ”s trabajo?
A veces se piensa que la resolución de un conflicto polĆtico o social es una mera cuestión de voluntad polĆtica. A eso se referĆa Vicente Fox cuando, en uno de sus mĆŗltiples dislates verbales se dijo capaz de resolver el conflicto del EjĆ©rcito Zapatista de Liberación Nacional en Chiapas āen quince minutosā. Para desgracia de los chiapanecos y del paĆs en su conjunto, el parlanchĆn guanajuatense se tardó el resto de su sexenio en percatarse que el asunto implicaba mucho mĆ”s que ir a la selva a tomarse la foto con el Subcomandante Marcos, y que la agenda de los grupos marginados iba mĆ”s allĆ” del territorio chiapaneco: se trata del legĆtimo reclamo de los pueblos originarios a defender su patrimonio territorial, cultural y sus formas ancestrales de vida y organización.
Acometer en su justa dimensión los estragos generados por décadas de corrupción implica una tarea de por sà compleja. Cada uno de los casos debiera remitirse a un anÔlisis detallado, informado y sobre todo, transparente. Y ninguno de esos atributos ha caracterizado lamentablemente a la toma de decisiones durante el mandato de López Obrador, donde pareciera que el sol sale y se oculta a la hora que decide el Presidente.
AĆŗn conformando la dichosa Comisión de la Verdad, habrĆa que ver si su titular podrĆa tener el carĆ”cter suficiente para estar siempre dos pasos atrĆ”s de AMLO. Ni siquiera imaginar que los avances de dichas tareas pudieran ser presentados en otro espacio que no sea la famosa āconferencia maƱaneraā⦠con todo lo que esto pudiese implicar.
Tomemos como referencia sólo uno de los casos recientemente heredados al actual régimen: la lamentable desaparición de los 43 normalistas de Ayotzinapa suscitada en Iguala, Guerrero, ocurrida hace ya casi siete años. A tres años de la presente administración, se han revelado a cuentagotas los principales yerros de la pasada administración que, por omisión o mala fe entorpecieron el esclarecimiento del caso. Sin embargo, a la mitad del sexenio, el cierre total del caso aún estÔ en suspenso.
A inicios de su mandato, el ex presidente Vicente Fox Quesada anunció la creación de lo que se denominó la FiscalĆa Especializada para Movimientos PolĆticos y Sociales del Pasado (FEMOSOPP), a la que se le encomendó la delicada labor de investigar los pormenores de la llamada āGuerra Suciaā, a travĆ©s de la cual el gobierno mexicano efectuó la persecución, encarcelamiento y desaparición de lĆderes opositores durante las dĆ©cadas de los 60ās, 70ās y 80ās del siglo pasado. Tras cuatro aƱos de trabajo, durante los cuales contó con respaldo y presupuesto federal, el fiscal especial Ignacio Carrillo Prieto dio a conocer parcialmente un informe de sus investigaciones que en realidad fue un carpetazo en seco.
A pesar de las expectativas creadas en torno a las presuntas responsabilidades de figuras tan prominentes como el ex presidente Luis EcheverrĆa o el ex secretario de la Defensa Nacional Arturo Acosta Chaparro, o el ex titular de la Dirección Federal de Seguridad Miguel Nazar Haro, la entidad terminó por seƱalar que no existĆan elementos suficientes para establecer responsabilidades penales directas por parte de quienes tuvieron a su cargo las mĆ”s altas responsabilidades de seguridad e inteligencia nacional en uno de los episodios mĆ”s complicados de nuestra historia contemporĆ”nea.
Organizaciones defensoras de los derechos humanos revelaron que de los mĆ”s de cien expedientes abiertos por la FEMOSOPP, sólo uno llegó a ser judicializado: el caso del ex agente de la Dirección Federal de Seguridad Esteban GuzmĆ”n Salgado, sometido a proceso por la desaparición del activista Miguel Ćngel HernĆ”ndez Valerio, ocurrida en 1977 en MazatlĆ”n, Sinaloa, siendo sentenciado a finales de 2009, es decir⦠tres aƱos despuĆ©s de la desaparición de la FEMOSOPP.Ā Ā
Otro caso que  tuvo avance en positivo fue el del general Francisco Quirós Hermosillo, identificado como responsable de la desaparición del activista Rosendo Radilla Pacheco en 1974. Finalmente un juez de distrito con sede en Acapulco, Guerrero concedió la orden de aprehensión en contra del militar⦠pero la muerte fue mÔs efectiva que los ministeriales a cargo de la indagatoria. El general murió de cÔncer a principios de 2006; casi un año después de que se liberase la orden de aprehensión en su contra.
Cabe mencionar que el expediente completo de las investigaciones de la FEMOSOPP no fue dado a conocer sino hasta el presente año, cuando también se exhibieron algunos gastos excesivos de su titular. Total que una importante promesa de justicia histórica terminó en un espantoso fiasco.
AteniĆ©ndonos a la historia y a las condiciones actuales del panorama polĆtico nacional, serĆa interesante preguntarnos a quĆ© personaje o grupo de personajes podrĆa encomendarse tan importante y complicada labor.
Sólo esperemos que para la creación de la famosa Comisión de la Verdad no sea necesario llevar a cabo, una vez mÔs⦠otra consulta pública.
La polĆtica mexicana cumpliendo una vez mĆ”s la sempiterna alegorĆa de la serpiente que se muerde la colaā¦
Para comentar debe estar registrado.