Kabul, AfganistĆ”n (CNN) — Todos los dĆ­as durante el Ćŗltimo mes, Hada, la hija de 7 aƱos de Emal Ahmadi, le ha preguntado lo mismo: “ĀæDónde estĆ” mi hermana?”

Echa de menos jugar con su hermana menor Malika, dice. Llora mucho y se pregunta cuƔndo volverƔ a casa.

La respuesta trƔgica es que no regresarƔ.

Malika murió en un ataque con aeronaves no tripuladas estadounidenses en el patio de la casa de su familia, en la capital de AfganistÔn, el 29 de agosto, junto con otros nueve familiares, seis de ellos niños.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses han admitido desde entonces que cometieron un “error trĆ”gico”, reconociendo que las 10 personas que murieron eran civiles y que ninguna estaba asociada con el grupo terrorista ISIS-K, como afirmaron inicialmente.

En una audiencia el miƩrcoles sobre la retirada de AfganistƔn, el general Frank McKenzie, comandante del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), dijo que los militares supieron que los civiles habƭan sido alcanzados dentro de las cuatro o cinco horas posteriores al ataque, y supieron que le habƭan dado al objetivo equivocado despuƩs de unos dƭas.

El testimonio parece contradecir la información proporcionada a CNN casi dos semanas despuĆ©s del ataque de un funcionario militar estadounidense que dijo que Estados Unidos tenĆ­a “certeza razonable” de que al menos un facilitador de ISIS-K habĆ­a muerto en el bombardeo.

Emal Ahmadi, que perdió a 10 familiares en un ataque con drones, les guarda luto en una tumba en Kabul.

McKenzie habĆ­a ofrecido previamente sus “mĆ”s profundas condolencias” y dijo que Estados Unidos estaba explorando la posibilidad de pagos a tĆ­tulo graciable.

Pero un mes después del ataque, la familia Ahmadi dice que aún no han recibido ninguna noticia del PentÔgono, y mucho menos una compensación.

La familia tiene dificultades para pagar la comida, la ropa y el alquiler. Temen represalias por sus conexiones con Estados Unidos. Y estƔn desesperados por salir del paƭs a un lugar seguro.

“[Estados Unidos] acaba de mostrarle al mundo que nos pidieron disculpas y cumplieron con su responsabilidad”, dijo la hermana de Zamarai Ahmadi, Rohina. “Pero ellos no saben por lo que estĆ” pasando mi familia, lo que Ć©ramos y lo que somos ahora”.

Una casa familiar en ruinas

Un mes después del ataque, alveólos marcan las paredes de la casa de la familia Ahmadi, lo que indica la fuerza del misil Hellfire. Los restos de metal retorcido del Toyota Corolla de Zamarai Ahmadi todavía se encuentran en el patio donde fueron golpeados.

Pero la casa estƔ vacƭa: la familia se ha mudado a un lugar mƔs seguro, en las colinas de Kabul.

El ataque los ha vuelto vulnerables en mƔs de un sentido. Las conexiones de la familia con Estados Unidos a travƩs del trabajo de Zamarai Ahmadi ahora son ampliamente conocidas, y su muerte ha dejado a su esposa e hija sin esposo y padre en un paƭs donde las mujeres no pueden salir de casa sin compaƱeros masculinos.

Emal Ahmadi todavƭa se estƔ recuperando de la pƩrdida de sus familiares.

Zamarai Ahmadi era la cabeza de una familia, vivĆ­an todos juntos en el mismo complejo, dice su hermano menor, Emal Ahmadi. Ɖl era el sostĆ©n de la familia, tomaba decisiones clave y habĆ­a sido como un padre para Ć©l desde que su padre murió cuando Emal tenĆ­a solo 8 aƱos.

“Ahora mismo, una vez mĆ”s, creo que perdĆ­ a mi padre otra vez”, dijo Emal Ahmadi. “No sabemos quĆ© planear y quĆ© hacer, cómo debemos avanzar, sin futuro para seguir viviendo”.

La familia dice que todavía no han escuchado nada de EE.UU. mÔs allÔ de las declaraciones públicas.

“Han admitido su error, pero no pueden devolvernos a nuestra familia”, dijo Rohina Ahmadi. “Una casa llena de vida se convirtió en un cementerio”.

Incluso antes del ataque, la familia estaba solicitando visas para llegar a Estados Unidos y salir a salvo. Ahora, eso es aún mÔs urgente.

La organización sin Ônimo de lucro Internacional de Nutrición y Educación (NEI) con sede en California, donde trabajaba Zamarai Ahmadi, ha apoyado a la familia lo mejor que ha podido, incluso ayudÔndoles a alquilar otra casa, según el jefe de Zamarai Ahmadi, quien pidió ser identificado solo por su segundo nombre, Walid, por los temores sobre su seguridad.

“Va a ser muy difĆ­cil para su esposa e hija sobrevivir en AfganistĆ”n”, dijo Sonia Kwon, asesora principal de NEI. “Es una situación muy aterradora para ellas. ” Quieren un nuevo comienzo. Creo que se merecen uno”, dijo.” Solo espero que el Gobierno de Estados Unidos tenga la compasión de otorgar lo que quieren”.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo en la audiencia del miƩrcoles que Estados Unidos continuarƭa trabajando a travƩs de los canales del Departamento de Estado para ocuparse del caso de la familia.

“Si desean irse, ciertamente haremos todo lo posible para facilitar su salida”, dijo.

El CENTCOM, el comando geogrÔfico que supervisa las operaciones militares en la región, se negó a comentar cuando se le preguntó si se había puesto en contacto con la familia de Zamarai Ahmadi, si estaba trabajando para reasentar a la familia y protegerlos mientras todavía estaban en AfganistÔn.

ĀæUn refugio de ISIS-K?

ISIS-K: sus letales acciones hablan por sĆ­ solas 3:30

No muy lejos, en un suburbio del norte de Kabul, hay pinturas de niƱos y una pizarra con la tarea colgada en las paredes de una casa modesta.

Es la casa en la que creció el director de NEI en el país, Walid, la casa que ahora comparte con sus tres hermanas, padres, esposa y sus tres hijas, dos de las cuales jugaban felices a su alrededor, cuando lo visitó CNN.

Son una familia de mƩdicos y maestros, dice, personas que han ayudado a su comunidad.

Pero a fines de agosto, las Fuerzas Armadas de EE.UU. evaluaron que la casa familiar en la que han vivido durante 40 aƱos era un refugio de ISIS-K.

Arte cuelga de la pared en la casa de Walid en Kabul.

Según una sesión informativa a principios de este mes de un funcionario estadounidense con conocimiento del asunto, la charla luego de un ataque terrorista mortal en el aeropuerto, el 26 de agosto, los llevó a un supuesto refugio, que monitorearon durante 36 horas.

“No habĆ­a mucha actividad” en la casa hasta que un Toyota Corolla salió de la casa, en la maƱana del 29 de agosto, el automóvil que finalmente resultarĆ­a ser el de Zamarai Ahmadi.

Estados Unidos rastreó el automóvil de Zamarai Ahmadi durante ocho horas antes de lanzar el ataque mortal poco después de que el automóvil se detuviera en el complejo de su familia.

El director nacional de NEI, Walid, en casa con su esposa y sus dos hijas.

En una conferencia de prensa, el 17 de septiembre, McKenzie dijo que el complejo donde el automóvil de Zamarai Ahmadi comenzó a ser rastreado todavĆ­a se consideraba “muy definitivamente asociado con ISIS-K”.

Afirmó que poco menos de 24 horas después, se lanzaron cohetes desde ese punto hacia el aeropuerto de la capital. Esta semana, CENTCOM se negó a comentar si aún mantenía que la ubicación era una casa segura de ISIS-K.

Pero Walid dice que la afirmación de una conexión ISIS-K es “absolutamente falsa”.

“Nunca lo hemos sido, no lo somos y no seremos ese tipo de personas”, dijo. “Espero que el Gobierno de Estados Unidos elimine esta etiqueta de nuestra casa. Es un daƱo a nuestra dignidad […] y definitivamente nos pone en un gran riesgo”.

Y Walid dice que el día del ataque salió temprano de su casa para conducir a la oficina, antes de pedirle a Zamarai Ahmadi que recogiera una computadora portÔtil que había dejado accidentalmente en casa. Los agentes estadounidenses vieron a Zamarai Ahmadi entrar en la casa y desde ese punto siguieron sus movimientos.

Walid quiere limpiar el nombre de su familia despuƩs de que las Fuerzas Armadas de EE.UU. afirmaran que su casa era un refugio de ISIS-K.

La ruta del automóvil y las paradas frecuentes ese día parecieron confirmar las sospechas de Estados Unidos de que estaba preparando un ataque al aeropuerto de Kabul.

Vieron a Ahmadi y otros hombres cargando contenedores pesados en autos, que Estados Unidos pensó que contenían explosivos.

MÔs tarde, se demostró que contenían agua que Ahmadi se llevaba a casa, al complejo de su familia.

El día después del ataque con misiles, ISIS-K intentó disparar cohetes en el aeropuerto de Kabul.

Walid dice que los cohetes vinieron de un automóvil estacionado a la vuelta de la esquina de su casa, no de su casa, como sugirió Estados Unidos.

Walid tiene una tarjeta de residencia de EE.UU. y desea desesperadamente que lo reubiquen allí. Como señala Kwon, como parte del proceso de la green card, EE.UU. tiene la dirección de Walid.

“ĀæPor quĆ© le darĆ­an una green card a alguien que creen que es de ISIS?”, cuestionó Kwon. “Se vuelve cada vez mĆ”s absurdo… es mĆ”s que un error”.

A Walid le preocupa que le pueda pasar lo mismo que le sucedió a su amigo Zamarai Ahmadi.

“Realmente es una pesadilla para mĆ­. Algunas noches salto de mi cama porque a esto se le llama casa refugio de ISIS-K… tambiĆ©n podrĆ­a ser un objetivo”.

Escalofriante entrevista con un lĆ­der de ISIS-K 3:26

¿Qué pasa después?

Se estƔn llevando a cabo dos investigaciones sobre lo ocurrido el 29 de agosto, una dirigida por la Secretarƭa de la Fuerza AƩrea y otra por el inspector general del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Esas investigaciones considerarÔn qué salió mal, si alguien debe rendir cuentas y si es necesario cambiar en el futuro los procedimientos relacionados con el objetivo de los ataques.

Pero los expertos advierten que este tipo de ataques trƔgicos han ocurrido antes.

Larry Lewis, un experto en la reducción de vĆ­ctimas civiles en la organización de investigación y anĆ”lisis sin fines de lucro CNA, dijo que la cuestión de los objetivos mal identificados era un “problema generalizado”.

“Cuando miramos las caracterĆ­sticas de este incidente, es un error trĆ”gico”, dijo. “Pero las caracterĆ­sticas de este incidente son como docenas de otros casos que he visto”.

Dos pares de sandalias sobre un auto destruido por un ataque aƩreo de Estados Unidos en Kabul, el 29 de agosto, en el que murieron 10 civiles.

Un ingeniero internacional de explosivos, que pidió no ser identificado por razones profesionales y que revisó el video de CNN de la escena, dijo: “SegĆŗn la evidencia presentada, parece que alguien en la cadena de mando ha mentido”.

El CENTCOM declinó comentar sobre la acusación de que mintió al público. Tampoco respondió a las acusaciones de que las muertes de civiles eran un problema generalizado y de que había poca transparencia.

DespuĆ©s de semanas de intentar comunicarse con el Departamento de Defensa, Kwon, de NEI, dijo que la oficina del secretario Austin finalmente respondió en una carta el miĆ©rcoles. La carta, vista por CNN, decĆ­a que las acciones de Zamarai Admadi ese dĆ­a fueron “completamente inofensivas”.

Pero Kwon dice que estƔ sorprendida de que Estados Unidos diga que no ha podido ponerse en contacto con personas en el terreno, dado que NEI ha estado apoyando a la familia y trabajando para que su personal estƩ a salvo.

“Si fueron realmente sinceros, si realmente lo dices en serio, lamentas haber matado a toda su familia… entonces, Āæpor quĆ© no hablaste?”, cuestionó.

“ĀæQuĆ© es una disculpa sin la acción apropiada?”, cuestionó. “Son solo palabras”.

Abdul Basir Bina colaboró con el reportaje desde Estambul.

Kabul

Kabul, AfganistĆ”n (CNN) — Todos los dĆ­as durante el Ćŗltimo mes, Hada, la hija de 7 aƱos de Emal Ahmadi, le ha preguntado lo mismo: “ĀæDónde estĆ” mi hermana?”

Echa de menos jugar con su hermana menor Malika, dice. Llora mucho y se pregunta cuƔndo volverƔ a casa.

La respuesta trƔgica es que no regresarƔ.

Malika murió en un ataque con aeronaves no tripuladas estadounidenses en el patio de la casa de su familia, en la capital de AfganistÔn, el 29 de agosto, junto con otros nueve familiares, seis de ellos niños.

Las Fuerzas Armadas estadounidenses han admitido desde entonces que cometieron un “error trĆ”gico”, reconociendo que las 10 personas que murieron eran civiles y que ninguna estaba asociada con el grupo terrorista ISIS-K, como afirmaron inicialmente.

En una audiencia el miƩrcoles sobre la retirada de AfganistƔn, el general Frank McKenzie, comandante del Comando Central de EE.UU. (CENTCOM), dijo que los militares supieron que los civiles habƭan sido alcanzados dentro de las cuatro o cinco horas posteriores al ataque, y supieron que le habƭan dado al objetivo equivocado despuƩs de unos dƭas.

Militares de alto rango supieron que habƭan muerto civiles en un ataque de EE.UU. en Kabul horas despuƩs de que sucediera

El testimonio parece contradecir la información proporcionada a CNN casi dos semanas despuĆ©s del ataque de un funcionario militar estadounidense que dijo que Estados Unidos tenĆ­a “certeza razonable” de que al menos un facilitador de ISIS-K habĆ­a muerto en el bombardeo.

Emal Ahmadi, que perdió a 10 familiares en un ataque con drones, les guarda luto en una tumba en Kabul.

McKenzie habĆ­a ofrecido previamente sus “mĆ”s profundas condolencias” y dijo que Estados Unidos estaba explorando la posibilidad de pagos a tĆ­tulo graciable.

Pero un mes después del ataque, la familia Ahmadi dice que aún no han recibido ninguna noticia del PentÔgono, y mucho menos una compensación.

La familia tiene dificultades para pagar la comida, la ropa y el alquiler. Temen represalias por sus conexiones con Estados Unidos. Y estƔn desesperados por salir del paƭs a un lugar seguro.

“[Estados Unidos] acaba de mostrarle al mundo que nos pidieron disculpas y cumplieron con su responsabilidad”, dijo la hermana de Zamarai Ahmadi, Rohina. “Pero ellos no saben por lo que estĆ” pasando mi familia, lo que Ć©ramos y lo que somos ahora”.

PrÔcticamente, el único empleo que pueden tener las mujeres afganas en el gobierno de Kabul es limpiando baños, dice el alcalde en funciones Una casa familiar en ruinas

Un mes después del ataque, alveólos marcan las paredes de la casa de la familia Ahmadi, lo que indica la fuerza del misil Hellfire. Los restos de metal retorcido del Toyota Corolla de Zamarai Ahmadi todavía se encuentran en el patio donde fueron golpeados.

Pero la casa estƔ vacƭa: la familia se ha mudado a un lugar mƔs seguro, en las colinas de Kabul.

El ataque los ha vuelto vulnerables en mƔs de un sentido. Las conexiones de la familia con Estados Unidos a travƩs del trabajo de Zamarai Ahmadi ahora son ampliamente conocidas, y su muerte ha dejado a su esposa e hija sin esposo y padre en un paƭs donde las mujeres no pueden salir de casa sin compaƱeros masculinos.

Emal Ahmadi todavƭa se estƔ recuperando de la pƩrdida de sus familiares.

Zamarai Ahmadi era la cabeza de una familia, vivĆ­an todos juntos en el mismo complejo, dice su hermano menor, Emal Ahmadi. Ɖl era el sostĆ©n de la familia, tomaba decisiones clave y habĆ­a sido como un padre para Ć©l desde que su padre murió cuando Emal tenĆ­a solo 8 aƱos.

¿Qué es ISIS-K? Lo que sabemos del grupo terrorista afiliado a ISIS

“Ahora mismo, una vez mĆ”s, creo que perdĆ­ a mi padre otra vez”, dijo Emal Ahmadi. “No sabemos quĆ© planear y quĆ© hacer, cómo debemos avanzar, sin futuro para seguir viviendo”.

La familia dice que todavía no han escuchado nada de EE.UU. mÔs allÔ de las declaraciones públicas.

“Han admitido su error, pero no pueden devolvernos a nuestra familia”, dijo Rohina Ahmadi. “Una casa llena de vida se convirtió en un cementerio”.

Incluso antes del ataque, la familia estaba solicitando visas para llegar a Estados Unidos y salir a salvo. Ahora, eso es aún mÔs urgente.

La organización sin Ônimo de lucro Internacional de Nutrición y Educación (NEI) con sede en California, donde trabajaba Zamarai Ahmadi, ha apoyado a la familia lo mejor que ha podido, incluso ayudÔndoles a alquilar otra casa, según el jefe de Zamarai Ahmadi, quien pidió ser identificado solo por su segundo nombre, Walid, por los temores sobre su seguridad.

“Va a ser muy difĆ­cil para su esposa e hija sobrevivir en AfganistĆ”n”, dijo Sonia Kwon, asesora principal de NEI. “Es una situación muy aterradora para ellas. ” Quieren un nuevo comienzo. Creo que se merecen uno”, dijo.” Solo espero que el Gobierno de Estados Unidos tenga la compasión de otorgar lo que quieren”.

El secretario de Defensa, Lloyd Austin, dijo en la audiencia del miƩrcoles que Estados Unidos continuarƭa trabajando a travƩs de los canales del Departamento de Estado para ocuparse del caso de la familia.

“Si desean irse, ciertamente haremos todo lo posible para facilitar su salida”, dijo.

El CENTCOM, el comando geogrÔfico que supervisa las operaciones militares en la región, se negó a comentar cuando se le preguntó si se había puesto en contacto con la familia de Zamarai Ahmadi, si estaba trabajando para reasentar a la familia y protegerlos mientras todavía estaban en AfganistÔn.

Cinco conclusiones del testimonio de altos líderes militares sobre AfganistÔn ¿Un refugio de ISIS-K? ISIS-K: sus letales acciones hablan por sí solas 3:30

No muy lejos, en un suburbio del norte de Kabul, hay pinturas de niƱos y una pizarra con la tarea colgada en las paredes de una casa modesta.

Es la casa en la que creció el director de NEI en el país, Walid, la casa que ahora comparte con sus tres hermanas, padres, esposa y sus tres hijas, dos de las cuales jugaban felices a su alrededor, cuando lo visitó CNN.

Son una familia de mƩdicos y maestros, dice, personas que han ayudado a su comunidad.

Pero a fines de agosto, las Fuerzas Armadas de EE.UU. evaluaron que la casa familiar en la que han vivido durante 40 aƱos era un refugio de ISIS-K.

Arte cuelga de la pared en la casa de Walid en Kabul.

Según una sesión informativa a principios de este mes de un funcionario estadounidense con conocimiento del asunto, la charla luego de un ataque terrorista mortal en el aeropuerto, el 26 de agosto, los llevó a un supuesto refugio, que monitorearon durante 36 horas.

“No habĆ­a mucha actividad” en la casa hasta que un Toyota Corolla salió de la casa, en la maƱana del 29 de agosto, el automóvil que finalmente resultarĆ­a ser el de Zamarai Ahmadi.

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Estados Unidos rastreó el automóvil de Zamarai Ahmadi durante ocho horas antes de lanzar el ataque mortal poco después de que el automóvil se detuviera en el complejo de su familia.

El director nacional de NEI, Walid, en casa con su esposa y sus dos hijas.

En una conferencia de prensa, el 17 de septiembre, McKenzie dijo que el complejo donde el automóvil de Zamarai Ahmadi comenzó a ser rastreado todavĆ­a se consideraba “muy definitivamente asociado con ISIS-K”.

Afirmó que poco menos de 24 horas después, se lanzaron cohetes desde ese punto hacia el aeropuerto de la capital. Esta semana, CENTCOM se negó a comentar si aún mantenía que la ubicación era una casa segura de ISIS-K.

Pero Walid dice que la afirmación de una conexión ISIS-K es “absolutamente falsa”.

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“Nunca lo hemos sido, no lo somos y no seremos ese tipo de personas”, dijo. “Espero que el Gobierno de Estados Unidos elimine esta etiqueta de nuestra casa. Es un daƱo a nuestra dignidad […] y definitivamente nos pone en un gran riesgo”.

Y Walid dice que el día del ataque salió temprano de su casa para conducir a la oficina, antes de pedirle a Zamarai Ahmadi que recogiera una computadora portÔtil que había dejado accidentalmente en casa. Los agentes estadounidenses vieron a Zamarai Ahmadi entrar en la casa y desde ese punto siguieron sus movimientos.

Walid quiere limpiar el nombre de su familia despuƩs de que las Fuerzas Armadas de EE.UU. afirmaran que su casa era un refugio de ISIS-K.

La ruta del automóvil y las paradas frecuentes ese día parecieron confirmar las sospechas de Estados Unidos de que estaba preparando un ataque al aeropuerto de Kabul.

Vieron a Ahmadi y otros hombres cargando contenedores pesados en autos, que Estados Unidos pensó que contenían explosivos.

MÔs tarde, se demostró que contenían agua que Ahmadi se llevaba a casa, al complejo de su familia.

El día después del ataque con misiles, ISIS-K intentó disparar cohetes en el aeropuerto de Kabul.

Walid dice que los cohetes vinieron de un automóvil estacionado a la vuelta de la esquina de su casa, no de su casa, como sugirió Estados Unidos.

Walid tiene una tarjeta de residencia de EE.UU. y desea desesperadamente que lo reubiquen allí. Como señala Kwon, como parte del proceso de la green card, EE.UU. tiene la dirección de Walid.

“ĀæPor quĆ© le darĆ­an una green card a alguien que creen que es de ISIS?”, cuestionó Kwon. “Se vuelve cada vez mĆ”s absurdo… es mĆ”s que un error”.

A Walid le preocupa que le pueda pasar lo mismo que le sucedió a su amigo Zamarai Ahmadi.

“Realmente es una pesadilla para mĆ­. Algunas noches salto de mi cama porque a esto se le llama casa refugio de ISIS-K… tambiĆ©n podrĆ­a ser un objetivo”.

CNN acompañó a un líder de los talibanes a patrullar las calles de AfganistÔn. Mira la reacción de los afganos Escalofriante entrevista con un líder de ISIS-K 3:26¿Qué pasa después?

Se estƔn llevando a cabo dos investigaciones sobre lo ocurrido el 29 de agosto, una dirigida por la Secretarƭa de la Fuerza AƩrea y otra por el inspector general del Departamento de Defensa de Estados Unidos.

Esas investigaciones considerarÔn qué salió mal, si alguien debe rendir cuentas y si es necesario cambiar en el futuro los procedimientos relacionados con el objetivo de los ataques.

Pero los expertos advierten que este tipo de ataques trƔgicos han ocurrido antes.

Larry Lewis, un experto en la reducción de vĆ­ctimas civiles en la organización de investigación y anĆ”lisis sin fines de lucro CNA, dijo que la cuestión de los objetivos mal identificados era un “problema generalizado”.

“Cuando miramos las caracterĆ­sticas de este incidente, es un error trĆ”gico”, dijo. “Pero las caracterĆ­sticas de este incidente son como docenas de otros casos que he visto”.

Dos pares de sandalias sobre un auto destruido por un ataque aƩreo de Estados Unidos en Kabul, el 29 de agosto, en el que murieron 10 civiles.

Un ingeniero internacional de explosivos, que pidió no ser identificado por razones profesionales y que revisó el video de CNN de la escena, dijo: “SegĆŗn la evidencia presentada, parece que alguien en la cadena de mando ha mentido”.

El CENTCOM declinó comentar sobre la acusación de que mintió al público. Tampoco respondió a las acusaciones de que las muertes de civiles eran un problema generalizado y de que había poca transparencia.

DespuĆ©s de semanas de intentar comunicarse con el Departamento de Defensa, Kwon, de NEI, dijo que la oficina del secretario Austin finalmente respondió en una carta el miĆ©rcoles. La carta, vista por CNN, decĆ­a que las acciones de Zamarai Admadi ese dĆ­a fueron “completamente inofensivas”.

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Pero Kwon dice que estƔ sorprendida de que Estados Unidos diga que no ha podido ponerse en contacto con personas en el terreno, dado que NEI ha estado apoyando a la familia y trabajando para que su personal estƩ a salvo.

“Si fueron realmente sinceros, si realmente lo dices en serio, lamentas haber matado a toda su familia… entonces, Āæpor quĆ© no hablaste?”, cuestionó.

“ĀæQuĆ© es una disculpa sin la acción apropiada?”, cuestionó. “Son solo palabras”.

Abdul Basir Bina colaboró con el reportaje desde Estambul.

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