
Tragicomedia Mexicana / Por: Anuar Jonguitud / 14 de marzo de 2022
Dentro del vastísimo universo de la ciencia ficción, encontramos una galaxia muy, muy lejana, particularmente atrayente para más que puñado de personas: Star Wars. La filmografía creada por George Lucas se ha convertido con el tiempo en parte de la cultura pop desde su nacimiento a finales de los años setenta del siglo XX. Y seguramente, sin tener el menor temor a equivocarme, el personaje más amado y admirado de la saga es Anakin Skywalker. Su antítesis y alterego es él mismo, mas ahora representado por otra figura, Darth Vader. En ambos, encontramos un profundo e indefectible disenso de objetivos y sobretodo de valores. Pero justamente eso es lo que nos inmiscuye en estos momentos a ahondar en estas dos figuras.
Anakin Skywalker que nació en Tatooine en el año 41 ABY, (Antes de la Batalla de Yavin), fue reclutado por la orden Jedi, a través de Qui-Gon Jinn (quien también sería su primer maestro). Es parte de una profecía que se rumoraba entre los Jedis: era el elegido. Incluso, Padre, (así se llama el personaje, ASK no tiene progenitor alguno, pues es creación de la fuerza per se), se lo dice, pero con un cierto giro: “Tú eres el Elegido. Trajiste el equilibrio a este mundo. Sigue este camino y lo harás de nuevo… para la galaxia. Pero cuidado… con tu corazón…”.
Tanto Siths como Jedis sabían que debían de atraer a sus filas al elegido de la profecía para hacerse del control de la galaxia entera. Después de algunos años de entrenamiento Jedi, es tentado por las sombras, y finalmente cae en ellas al convertirse en un Sith, tomando el nombre de Darth Vader. Junto con Darth Sidious es capaz de dominar por completo la galaxia, venciendo a La República Galática (desde dentro, como quintacolumnistas), haciendo alianza con Los Separatistas y fundando un nuevo orden, conocido como El Imperio Galáctico.
Después de esta larga introducción, ahora tomamos al personaje que es Andrés Manuel López Obrador (AMLO) y lo comenzaremos a desmenuzar y extrapolar al otro personaje con quien comenzamos la analogía: Anakin Skywalker (ASK).
AMLO (Macuspana, Tabasco, 1953) ha sido una de las figuras políticas más inusitadas de nuestros país durante al menos los últimos treinta años. Independientemente de que haya sido Jefe de Gobierno, y dos veces candidato a la presidencia por el PRD y sus respectivas coaliciones, nos vamos a enfocar en un solo pequeñísimo periodo: los meses de transición.
La gran particularidad de AMLO es el disenso y la polarización creada no solamente entre sus seguidores y adeptos, sino también entre sus detractores y adversarios. Tanto es este sentimiento bipolar, que el día que ganó las elecciones, (un día que se antojaba previsible), para unos fue una fiesta, mientras para otros, fue uno de los días más oscuros de la incipiente democracia mexicana.
Tensos fueron los meses en que se encontraba en vilo y boca de todos la pregunta de la retórica de AMLO. ¿Cómo va a gobernar?, ¿qué va a hacer con el país? Unos lo ven como un justiciero social, como un mártir de los pobres que lucha contra la injusticia, la corrupción, el incólume sesgo social que existe en nuestro país. Otros, lo ven como un hombre con un solo objetivo en mente, la acaparación y larga estancia en el poder.
Mientras unos pensaron que podía ser un hombre servil y llevar su momentum en la lucha social a un cenit que sería su presidencia para cambiar el México que conocemos a uno más justo, otros pensaron que su ambición por el poder finalmente daría frutos (díganme si no es ambición al arrebatarle su momento en el PRD a Marcelo Ebrard Casaubón (MEC) en 2012 para así poder competir contra Enrique Peña Nieto (EPN). [De acuerdo con un columna publicada en el diario Británico The Guardian llamada ‘The man who had to be Mexico’s President’ (El hombre que tuvo que ser el Presidente de México), si AMLO no hubiera impedido la candidatura de MEC para hacer frente a EPN, MEC hubiera ganado la presidencia. Haciendo por primera vez en la historia un gobierno de izquierda], y hacerse de todas las canicas del poder, (quiere decir, una presidencia sin contrapesos, gobernar con el dedo, que sea el país de uno en lugar del país de todos).
Lo mismo le pasó a ASK, pensaron que podría ser el Jedi que finalmente podría terminar con las facciones separatistas, y dotar de mil años de paz a La República; sin embargo, ASK fue tentado por las mieles del poder y bajo la batuta de Darth Sidious (Canciller de la República, Sheev Palpatine), quien le prometió regresar de la muerte a su amada Padme Amidala, sin que esto pudiera ser posible.
AMLO se encuentra en ese hilo casi transparente, en el que podría convertirse en ese justiciero social que tanto predicó y tanto desea la gente, hacer un cambio profundo en este país,
llevar a México a una transición que nos lleve a mil años de paz; también, puede que se convierta en Darth Vader y transformar La República en El Imperio Galáctico (que aparenta desear).
Sin embargo a como van las cosas, AMLO se está viendo más como Sheev Palpatine, que como Darth Vader, puesto que en una de las escenas más icónicas de la Saga, podemos recordar al Canciller empecinado con el poder sobre el Senado Galáctico, gritar ‘Yo soy el Senado’, mientras algunos Jedis comandados por mace Windu, intentan arrestar al Canciller. También la escena refleja por primera vez la verdadera personalidad de Sheev.
Finalmente, ASK no fue el elegido, pero sí un terribilísimo villano. El elegido nació también en el año 41 ABY, aunque tiene 50 años sigue siendo bebé, y lleva por nombre Grogu. Aún nos queda Una Nueva Esperanza.
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