DE UN MUNDO RARO Por Miguel Ángel Isidro

A mediados de los ochentas, en la televisión mexicana apareció la publicidad de un fenomenal juguete, cuya versatilidad se resumía en tres conceptos: “Se estira…. Se rompe… ¡y rebota!”

La Boligoma era una pequeña porción de masa plástica elaborada a base de polímeros de silicona, que se vendía envasada en un vistoso huevo rojo. El fabuloso juguete te permitía moldearlo a tu gusto, cortarlo en partes, usarlo como pelota saltarina e incluso, en el colmo del asombro, usarlo para calcar dibujos.

A los niños de mi generación nos invadió el furor comercial por obtener el novedoso juguete, simplemente para darnos cuenta a las pocas semanas de que a pesar de su versatilidad, la Boligoma terminaba siendo un artefacto delicado e inútil, al que si por descuido olvidabas guardar dentro de su huevo de plástico, terminaba convertido prácticamente en piedra o contaminado con pelos de gato, polvo o demás partículas de dudosa e inusitada procedencia.

Hago la evocación a este episodio de mi infancia para reflexionar acerca de un aspecto de nuestra historia reciente: la maleabilidad política de la Secretaría de Gobernación.

En términos orgánicos, la Secretaría de Gobernación tiene como encomienda constitucional atender el desarrollo político del país y coadyuvar a las relaciones del Ejecutivo con los poderes Legislativo y Judicial, así como con los distintos niveles de gobierno. Es, por tanto, un Ministerio del Interior.

Merced a las reformas constitucionales efectuadas en los últimos 30 años, no se requiere de un perfil profesional específico para ser titular de dicho ministerio; basta con ser ciudadana mexicana o ciudadano mexicano por nacimiento, en pleno ejercicio de sus derechos políticos y civiles, ser hijo de ciudadanos mexicanos y mayor a 35 años de edad al momento de su designación.

Siendo México un país con una arraigada cultura presidencialista,  dicha connotación afecta de manera directa los alcances y relevancia de la silla número dos del gabinete. Para algunos presidentes, el titular de la SEGOB funge como una especie de jefe político y coordinador de gabinete; representa la cadena de transmisión del mando presidencial hacia el partido en el gobierno y los gobernadores emanados de la misma fuerza política.

En no pocas ocasiones, se ha considerado a Gobernación como una especie de área de entrenamiento para eventuales figuras presidenciables. Pascual Ortiz Rubio, Gustavo Díaz Ordaz y Luis Echeverría han sido algunos de los ministros del interior que lograron alcanzar la Primera Magistratura del país.

Al ser considerado prácticamente como un vicepresidente en funciones, se infiere que quien ocupa la cartera de Gobernación es el personaje más políticamente cercano al Presidente en turno, y que por ello, sus actos, declaraciones y disposiciones son  tomadas como indicación directa del titular del Ejecutivo Federal.

A pesar de la existencia de una secretaria de Seguridad Pública, algunos presidentes, cómo fue el caso de Felipe Calderón y Enrique Peña Nieto delegaron en su momento responsabilidades estratégicas en materia de seguridad a sus respectivos titulares de Gobernación. En sus respectivos mandatos, se estilaba  celebrar reuniones de seguridad en los estados, con la presencia de mandos policiacos, civiles y militares, bajo la coordinación de los titulares de Gobernación.

Otros presidentes han descansado de manera importante en la SEGOB el cabildeo de sus iniciativas legislativas, tanto con los legisladores de su propio partido como con la oposición.

Durante los sexenios de esplendor del PRI-Gobierno, también pesó sobre Gobernación la leyenda negra de ser el ministerio desde donde se operaban las acciones de espionaje y contrainsurgencia con fines represivos. El Centro de Inteligencia y Seguridad Nacional (CISEN) y en su momento, la Dirección Federal de Seguridad, ambas entidades ya desaparecidas, operaron prácticamente como la policía política de los gobiernos priistas.

Hasta finales de los ochentas, de Gobernación también dependía la Comisión Federal Electoral; tristemente célebre por la famosa “caída del sistema” en la elección presidencial de 1988. Separar la organización y calificación de los procesos electorales de la esfera gubernamental representó sin duda alguna la más importante reforma electoral del siglo pasado.

En Gobernación hemos tenido toda suerte de políticos; desde los parlanchines hasta los más discretos; algunos pasaron a un silencioso retiro tras la encomienda y otros alcanzaron nuevos espacios de participación política a través de gubernaturas, diputaciones o senadurías o incluso cargos de dirección partidista.

Fue hasta el presente sexenio que se logró consolidar la presencia de una mujer en la secretaría de Gobernación, en la figura de la ex ministra Olga Sánchez Cordero, quien tuvo que pedir licencia como senadora electa para atender la invitación del presidente Andrés Manuel López Obrador durante prácticamente la mitad de su sexenio.

A mediados de 2021 fue relevada de su cargo, con diversas asignaturas pendientes. Sin embargo no se dio necesariamente una ruptura con el grupo gobernante, condición que le permitió no sólo regresar a su curul en el Senado, sino además fungir como presidenta de la Cámara Alta desde septiembre de 2021.

En su lugar fue designado el ex gobernador tabasqueño Adán Augusto López Hernández, hombre identificado como “muy cercano” al presidente López Obrador. Con más de 25 años de militancia en el PRI, en 2001 renunció al tricolor para incorporarse al PRD, y finalmente, en 2014 se afilió al Movimiento de Regeneración Nacional (Morena).

Con la llegada del nuevo titular de la SEGOB, se dijo, de pondría énfasis en el fortalecer la relación con los gobernadores de los estados, independientemente a su filiación política; a establecer un diálogo directo con todos los partidos, principalmente con la oposición; hacer trabajo político para sacar adelante las iniciativas de reforma impulsadas por la Cuarta Transformación, especialmente en materia energética y de política electoral,  así como dar seguimiento al proceso de incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaria de la Defensa Nacional, “para que no quede suelta y fracase”; esto último según las propias palabras del Presidente López Obrador.

Los buenos oficios de López Hernández han quedado patentes en algunos de estos apartados; por ejemplo, de un tiempo a la fecha ha llamado la atención el cambio de tono durante las visitas presidenciales a entidades gobernadas por la oposición, como Hidalgo, Tamaulipas o Jalisco.

Es por ello que sorprendió a sobremanera tanto la actitud como el discurso del titular de la SEGOB luego de que el primer fin de semana de abril dispusiera de tiempo y recursos de su agenda para participar en actividades proselitistas de Morena en torno a la revocación de mandato y la reforma energética, cuerpeado ni más ni menos que por el general Luis Rodríguez Bucio, comandante en jefe de la Guardia Nacional, este último haciendo uso de una licencia temporal a su cargo.

Siendo el secretario de Gobernación el funcionario más cercano al Presidente, no se podría entender dicho movimiento sin el consentimiento expreso del Ejecutivo, pero entonces, salta la duda de qué sentido tendría dinamitar los puentes de diálogo con la oposición en aras de una consulta revocatoria  que sin duda alguna será ganada por el Presidente y teniendo en puerta la votación de la Reforma Energética, donde los votos de Morena y sus aliados no alcanzarán para tener la mayoría calificada que la causa de la 4T requiere con especial urgencia.

Independientemente de que tanto el consejero Presidente del INE Lorenzo Córdova y algunos de sus consejeros han tomado la determinación de asumirse como si fuesen líderes opositores, es de llamar la atención que el personaje al que le corresponderá negociar la reforma política con la que López Obrador pretende heredar una nueva conformación de los órganos electorales comience a abrir el camino a dicha encomienda tirando machetazos a diestra y siniestra, lanzando la bravata de que el INE y sus consejeros “no lo pueden correr” porque “ya se van”.

Aún hace falta algo de tiempo verificar su la incorporación formal de la Guardia Nacional a la SEDENA se concluye en términos exitosos, pero por lo pronto, a nivel de la percepción ciudadana, la creación del nuevo órgano de seguridad poco ha contribuido a pacificar al país; donde se avizora con preocupación que tanto la delincuencia organizada como los perpetradores de algunos delitos del fuero común han intensificado los niveles de violencia y crueldad hacia sus víctimas.

En la semana que inicia se darán a conocer y se analizarán a detalle los resultados de la consulta para la revocación del mandato, y más allá de las formalidades, dicho ejercicio tendrá consecuencias políticas tanto al interior como al exterior del gobierno federal.

Y ahí veremos una vez más al Ministerio Boligoma hacer uso de sus cualidades: se estira, se rompe… o rebota.

Twitter: @miguelisidro

SOUNDTRACK PARA LA LECTURA:

Los Estrambóticos (México) / “Mi Tamagochi”

Círculo Vicioso (España) / “Mientes”

Instituto Mexicano del Sonido (México) / “Político”

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Por miguelaisidro

Periodista independiente radicado en EEUU. Más de 25 años de trayectoria en medios escritos, electrónicos; actividades académicas y servicio público. Busco transformar la Era de la Información en la Era de los Ciudadanos; toda ayuda para éste propósito siempre será bienvenida....

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