
Cuando llega un día festivo oficial a la generalidad de los trabajadores le toca descansar y se supone que es el momento en que la guardia especial debe entrar en acción, pero cuando sucede que se juntan los fatídicos cuatro días consecutivos que la guardia especial no puede ni debe cubrir o cuando se trata de un día no oficial que la guardia especial sólo cubrirá parcialmente, ya sabe usted, porque “los de la demanda” se negarán en redondo a trabajar ese día, o que no cubrirá en absoluto, se recurre entonces a un pequeño truco: otorgar el descanso “de forma escalonada”.
Usualmente en un orden de preferencia como el que sigue: personal de base, formalizados, regularizados… anticipados y remisos… eventuales, quise decir…
Si por alguna razón le toca a uno trabajar uno de esos días, por lo del “descanso escalonado”, se origina un adeudo, que yo preferiría que me lo pagaran en metálico, pero no, amor con amor se paga y resulta que a uno le deberán entonces un día libre. Pero ya sabe: “Debo, no niego. Pago, no tengo”. Así que, por ejemplo, en el caso de enfermería usted básicamente no puede pedir ese pago de tiempo en la fecha que desee o la que más le convenga, ni siquiera cuando lo necesite, sino que generalmente tendrá que conformarse con que su descanso prometido aparezca en algún momento marcado en el rol.
Es por necesidades operativas, les ruego su comprensión, no vayan ustedes a creer que es por puro despotismo que se manejan así estos asuntos.
Pero el turno especial tiene otras peculiaridades. Probablemente es debido a mi ignorancia pero no acabo de entender cómo o por qué si en la ley se estipula que cuando se trabaja en un día de descanso corresponde una compensación económica a los compañeros del turno especial no se les hace efectivo. Sería mucho más cotizado de ser así, porque significaría más dinero por menos trabajo, pero al parecer al solicitar el cambio a ese turno se renuncia tácitamente a ese derecho.
Y sobre este punto hay otra polémica más o menos importante, porque si bien trabajar dos días consecutivos prácticamente de sol a sol, doce horas consecutivas, es bastante pesado, en cuanto a número de horas nos quedan a deber. Son 24 contra 40 horas del turno matutino, 37.5 del vespertino y 36 del turno nocturno, que trabaja doce horas por 3 noches a la semana. Así es que se considera que cada uno de esos días que trabaja el turno especial equivale a dos jornadas y media para compensar. ¿Es decir que su tiempo vale más que el del resto?
Se podría pensar que al ser parte de este turno por su naturaleza se renuncia o se pierde de alguna forma el derecho a disfrutar del descanso en los días festivos, ¿no es así? Vamos, que se trata precisamente de trabajar en esos días, ¿no es cierto? Pues resulta que esa es una verdad a medias. Por ejemplo, he visto a compañeros solicitar “pago de tiempo” cuando se llega “el día del empleado”, aún y cuando no aparezca en el calendario oficial y haya caído a media semana. Es decir, que ni lo trabajaron, como se suponía debían hacer, ni tenían (en mi opinión) derecho a descansar ese día, ¡porque su misión es trabajar sábados, domingos y días festivos!
Y así por el estilo, alguien con habilidad para manipular el sistema puede pasarse hasta un mes o más sin tener que ir a trabajar con base en pagos de tiempo, suplencias, licencias, días económicos, vacaciones extraordinarias y días a cuenta de vacaciones. ¿Es ilegal o tramposo? No realmente. El sistema lo permite. Así es que me queda la duda si hay algún abuso de parte de algunos compañeros, porque a mi parecer es un asunto que cae más que en la regulación oficial en el juicio personal de cada trabajador. Será tal vez un asunto de matices y grados aplicados al concepto de “aprovechar”.
Según entiendo, “los de la demanda” la ganaron porque detectaron una inconsistencia en los lineamientos administrativos de los servicios de salud de Oaxaca. Resulta ser que a pesar de todo lo que pueda decir al respecto la Secretaría de Salud eso no es, ni de cerca, la última palabra, su calendario de días de asueto no es EL calendario oficial. Los días festivos oficiales son aquellos que aparecen señalados como tales en el calendario publicado en el Diario Oficial de la Federación y todos aquellos que no estén relacionados ahí se consideran “graciosos” o “no oficiales”.
Todo esto es absurdo y ridículo. ¿Para qué tomarse la molestia de hacer algo que ya está hecho y que además no será válido en realidad? ¿Para qué ponerse a querer inventar la rueda? Lo más simple sería ajustarse a lo que estipula aquella instancia de nivel superior y listo, un “copiar y pegar” y el problema estaría resuelto.
Lo peor de todo es que esos días extra en el calendario de la Secretaría básicamente son sólo aplicables a “los consen” (basificados, formalizados y regularizados). supuestamente la Secretaría no está obligada a otorgar ese día de descanso a los trabajadores eventuales que generalmente tenemos que presentarnos a laborar esos días “graciosos”, sin que ello nos haga reír ni un poco. Así es que increíblemente hay, extraoficialmente, un calendario para “los de la demanda”, otro para “los consen” y uno más para los eventuales.
Aquí puede apreciarse el doble estándar, o triple quizá, con que maneja la Secretaría las relaciones laborales: tienen un juego de condiciones laborales para “los consen” y otro muy distinto para los “de maltrato” (los de contrato, pues). Básicamente el personal eventual sólo tenemos derecho a guardar silencio y a trabajar agradeciendo que al menos tenemos trabajo, aunque nuestras percepciones sean menores que las de “los consen”, no importa que se tenga el mismo código y que se realicen las mismas funciones, el eventual prácticamente tiene todas las obligaciones y algo más, sin ninguno de los derechos, lo cual está también en completa disonancia con una ley superior, la Ley Federal del Trabajo, nada menos.
Éste no es el único problema con el turno especial. Entre los médicos, principalmente, está la mala reputación de no tomarse el trabajo en serio, prácticamente de ir sólo por ir, sin ningún tipo de compromiso, sin ánimo de resolver nada, sin por lo menos la intención de esforzarse un poco. Es común escuchar quejas acerca de cómo a menudo sólo dejan pasar incluso asuntos de cierta importancia para que sean resueltos posteriormente, por el siguiente turno. Se les acusa entonces, no sin cierta razón, de ocuparse únicamente de mantener las cosas tal y como las reciben para dejarlas después al siguiente turno exactamente de la misma manera.
¿Y entonces de qué sirve? Si algunos de los que pertenecen al turno se niegan a trabajar cuando se supone que deben hacerlo y quienes lo hacen no lo hacen realmente, sino que básicamente acuden a checar tarjeta. Entonces lo mejor sería desaparecer el turnos especial y distribuir los descansos de los trabajadores de manera que todos los días de la semana estén cubiertos los servicios con personal suficiente, ¡y problema resuelto! No creo que sea muy difícil.
Adrián Lobo.
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