POR: RAUDEL AVILA

Todos los admiradores de un personaje de los cómics, en este caso Sandman, experimentamos nerviosismo ante su adaptación a otro medio de comunicación, sea la pantalla grande o la televisión. Puede ser un regalo muy emocionante para los fanáticos del personaje o una decepción total. Dicen quienes ya la vieron, que la serie de televisión de Sandman será una sorpresa muy grata. Sandman es, en mi modesta opinión, la obra maestra de la industria del cómic estadounidense, aunque su escritor sea el británico Neil Gaiman. Gaiman no solamente es un escritor talentosísimo de cómics y novelas, sino que ha sido un guionista exitosísimo en la adaptación de sus productos a la televisión, ya sea en la serie de Lucifer, Good Omens o American Gods.

¿En qué consiste la magia de Sandman? Sandman significa literalmente el hombre de arena, pues en la tradición de habla inglesa, Morfeo les infunde sueños a los seres humanos mediante el soplo de unos granos de arena sobre la frente de la persona que está dormida. Como toda obra maestra, ésta rinde homenaje a los clásicos del género. Hay en Sandman elementos literarios y gráficos del trabajo de guionistas y artistas como Stan Lee y Steve Ditko, Jack Kirby, Frank Miller, Alan Moore o el genial Will Eisner. Precisamente por ese dominio de los antecedentes del género, Gaiman tiene la capacidad de innovar y enriquecer su propio cómic. No solo eso, sino que Sandman se nutre de las grandes obras de la literatura. A lo largo de la historia aparecen como personajes William Shakespeare, Geoffrey Chaucer, Christopher Marlowe o Mark Twain, pero también Marco Polo. Del otro lado, la inmensa cultura universal de Gaiman se refleja en la aparición de algunas figuras históricas en ciertos números de Sandman. Ahí están Julio César, Augusto el emperador romano, Robespierre o Thomas Paine. Con todo, los más memorables personajes de Sandman son los religiosos y mitológicos, desde Caín y Abel, Eva y Lucifer hasta las deidades nórdicas como Thor, Odín y Loki, pero sobre todo los Eternos: Destino, Muerte, Sueño, Destrucción, Deseo, Desespero y Delirio. Como se ve, resultaría muy difícil competir con una galería de personajes tan rica. Se trata genuinamente de un gran elenco, el mejor que se haya reunido en un cómic norteamericano.  

Sandman relata las aventuras de uno de los Eternos, Sueño, quien corresponde al Dios Morfeo en la mitología griega. Es un personaje fascinante por su ambigüedad moral, pues a ratos es una figura que despliega benevolencia y, en otros momentos, una crueldad implacable. No es un súper héroe, aunque puede ser heroico, no es un súper villano, aunque puede encarnar la peor de las vilezas. No es un justiciero, aunque a veces pueda ser muy justo, pero tampoco es un dios totalmente arbitrario, aunque a veces se ponga de lado de la injusticia. Lo mismo se ocupa de los sueños de los niños, los locos, que de los sueños (y pesadillas) de asesinos seriales u otro tipo de criminales. Conocemos los sueños de todo tipo de figuras que le sirven al escritor Neil Gaiman para retratar los así llamados siete pecados capitales: lujuria, soberbia, avaricia, ira, gula, envidia y pereza.

Como es sabido por todos los seguidores de Sandman, la historia arranca con el escape de Sueño de una prisión en la que estuvo encarcelado durante un siglo. Un hombre que anhelaba ser inmortal quiso encarcelar a Muerte para ser inmortal, pero en lugar de eso aprisionó accidentalmente a Sueño. Cuando logra escapar, éste cobrará venganza contra quien lo encarceló pero también debe restaurar el orden en el mundo de los sueños, pues no hubo nadie que lo gobernara en su ausencia. 

En el reino de los sueños, donde Sandman gobierna desde su opulento palacio, existe una gigantesca biblioteca de todos los libros que todas las personas soñaron escribir, pero nunca lo hicieron. Su bibliotecario, Lucien, es otro de los sirvientes de Morfeo. Todo parece indicar que en la serie será una mujer. Y es que Morfeo es el rey de los sueños, pero como toda buena historia se origina en los sueños, Morfeo también es el príncipe de los cuentacuentos. Sandman o Sueño, como se le llama indistintamente en los cómics, suele ir acompañado siempre por su fiel cuervo Matthew, un animal con gran sentido del humor. Es por cierto, un cómic que le hace honor al nombre del género, cómic en la medida que esta industria originalmente se trataba de tiras cómicas dominicales para hacer reír a la gente. Este cómic tiene numerosos pasajes de humor ¿involuntario? Donde uno no puede más que reír. El infierno es el lugar al que la gente llega cuando ella misma cree merecer un castigo. Y por eso Lucifer, uno de los personajes más divertidos del cómic de Sandman, está harto y quiere renunciar a su función como guardián del infierno. Otro personaje muy gracioso es Merv Cabeza de Calabaza, una especie de conserje malhumorado del mundo de los sueños que porta, como su nombre lo indica, una cabeza de calabaza. En la serie lo interpreta nada menos que Mark Hamill, a quien los fanáticos de la ciencia ficción conocen como Luke Skywalker o como el Joker de Batman, la serie animada.

Los personajes más curiosos del cómic son desde luego los Eternos, a quienes ya aludí arriba, pero el mejor de todos es la hermana mayor de Sueño, Muerte. La Muerte es una mujer muy sensual y carismática que se aparece cuando alguien abandona la vida. A veces ella va pasando para recoger a alguien y de pronto, sucede un accidente y tiene que llevarse más gente de la que tenía previsto. “Volteen a ver ambos lados cuando crucen la calle” aconseja Muerte. Es también el más honesto de los seres, Muerte siempre dice la verdad, no tiene paciencia para las mentiras o la hipocresía.

Es así que Sandman merece ser leído una y otra vez en sus 75 números. Se pueden conseguir en 2 tomos de lujo en su librería favorita o en Amazon. Es deseable entonces que esta adaptación televisiva sea respetuosa del cómic para entusiasmar a sus espectadores y especialmente para invitar a una nueva generación de lectores a conocerlo.  

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