La región conocida como Norteamérica, en términos futbolísticos establecida estatutariamente como CONCACAF, ya tiene a una selección eliminada del Mundial de Qatar de forma oficial: Canadá.
El futbol es así, Canadá es el equipo con mejores números y mejores nombres del último ciclo de cuatro años y es el primero en quedar fuera en la prueba de fuego. Y no es que hayan hecho algo mal, la experiencia cuenta. En Qatar cumplen apenas su segunda participación en la historia de los mundiales y es la primera vez que logran anotar un gol. Vale decir que Canadá es una selección en ciernes en los terrenos del futbol.
En el mismo día de hostilidades (insisto con él término, lo siento) Costa Rica venció al otrora vencedor de Alemania, Japón, consiguió tres puntos y volvió a respirar después de quedar noqueado por España que parecía dejarlo herido sin remedio.
Los goles de Costa Rica y Canadá son apenas el gol dos y tres de los 4 equipos representantes de Norteamérica; Estados Unidos había anotado el primero contra País de Gales. México no sabe lo que es anotar en un Mundial desde hace cuatro partidos.
Todo este resumen pretende poner en contexto el desempeño de estos países en el Mundial actual, importa porque serán los anfitriones en 3 años y medio, cuando el torneo vuelva a jugarse cuando “Dios manda”.
A estas alturas del Mundial y gracias a los documentales de Netflix y HBO (FIFA Uncovered y The Men Who Sold The World Cup) es bien conocida la historia de por qué Qatar consiguió ser sede, los acuerdos económico-militares-futbolísticos entre la Francia de Sarkozy y los cataríes tuvieron todo que ver. Ahora, en compensación, la primer potencia mundial y usos colegas del denominado T-MEC tendrán su Mundial.
Las potencias económicas y políticas en el mundo, tales como Qatar, Estados Unidos y Canadá, cuentan con pobres participaciones en los mundiales. Otros países de zonas empobrecidas (o en desarrollo como se les llama) han tenido papeles decorosos en distintas ediciones, pero no dejan de ser lo que en México llamamos “garbanzos de a libra”. Generaciones de futbolistas destacados que han llevado a Costa Rica, Camerún, Corea del Sur o Turquía, por citar algunos ejemplos, hasta instancias avanzadas de un campeonato del Mundo, pero que son efímeras.
Y no es que llegar a levantar la copa sea lo único que valga la pena, países como Bélgica, Croacia, Países Bajos o Dinamarca suelen ser protagonistas de los mundiales sin llegar a llevarse el título, aunque han estado muy cerca.
En términos macroeconómicos, los “países emergentes” del futbol tienen un lugar en la mesa de los grandes acuerdos: sedes mundialistas, derechos televisivos, patrocinios, votos en la FIFA, etcétera. Sin embargo, en la cancha, aún son países con representaciones que pecan de mucha inocencia cuando juegan, son equipos con pocas aspiraciones de protagonismo que reflejan cómo es que ejecutan la práctica del futbol en sus federaciones: tercerizado por otros deportes o no priorizado por no tener la infraestructura económica para el desarrollo del futbol.
La representación de México no entra ni en una ni en otra, México tiene afición, historia, economía e infraestructura; sus pecados no pasan por la inocencia, sin por otros como la avaricia, la pereza y la mediocridad.
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