JUNIO 3, 2013
“Si me dieran a elegir una vez más
Te elegiría sin pensarlo
Es que no hay nada que pensar
Que no existe ni motivo ni razón
Para dudarlo ni un segundo
Porque tu has sido lo mejor
Que tocó este corazón
Y que entre el cielo y tú
Yo me quedo contigo”
Tú de qué vas.
Franco de Vita
Sin lugar a duda es hermoso escuchar esto. Si alguien te lo dice inmediatamente te proyectas hacia el cielo y no bajas en un buen tiempo. Sin embargo también representa una gran responsabilidad. Somos lo mejor que le ha pasado a alguien. ¡Qué emoción y qué miedo! Tenemos que llenar expectativas. Debemos seguir como hasta ahora.
Pero no todo es tan grave, podemos disfrutar del momento, podemos dejarnos querer. No hay porque cambiar.
Y si somos nostro@s quienes pronunciamos esas palabras, también lo podemos disfrutar. ¡Qué fantasía conocer y tener la dicha de estar cerca de alguien maravilloso que nos hace ver el mundo en todo su esplendor, que nos recuerda que hay mucho que disfrutar, que nos contagia con su alegría, con su sonrisa. Que nos hace preferirle por encima del cielo. Y si es la primera vez que nos sucede, si es el primer momento en el que alguien nos hace sentir así, la dicha es inmensa.
No creemos que sea posible que exista tanta felicidad. Y en cambio, si hace mucho que no nos sentimos así, tratamos de recordar cómo era. Cómo se movían las mariposas en el estómago y cómo sonreíamos sin sentido todo el tiempo. Vivíamos con ligereza y pensábamos que nada era complicado y que todo encajaba. Y cuando esa persona se va o la relación termina, ¿todo se vuelve gris? La felicidad completa consiste en eso, precisamente, sentir que todo tiene sentido y poder disfrutarlo todo a cada momento.
¿Y si tomamos estas palabras y estos momentos como propulsores y pensamos que así es como nos debemos sentir? ¿Qué pasaría si le cantáramos esas palabras al espejo?
Angélica Cardona @angelicalocutora
Locutora y fan de la música
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