JULIO 7, 2013
“A varios cientos de kilómetros,
Puede tu voz darme calor igual que un sol,
Y siento como un cambio armónico
Va componiendo una canción en mi interior,
Sé que seguirlo suena lógico.
Pero no olvido tu perfume mágico,
Y en nuestro encuentro telefónico,
He recordado que estoy loco por ti.”
Kilómetros, Sin Bandera
Aunque no sea nuestro interés amoroso, una persona querida nos conforta aún estando lejos. Es más, ni siquiera tenemos que hablar con ella; podemos ver una foto y enfocamos con ternura. Recordamos los momentos que pasamos junt@s y alguna que otra anécdota y ahora si, la cara cambia. Ya con la imagen en la foto nos sentimos mejor, pero si ademas tenemos otro elemento, digamos una carta, tarjeta postal, mensaje de correo, de texto por ejemplo, lo leemos una y otra vez para sentir que esa persona está cerca y que nos esta hablando…..y escuchando.
Y mejor aún, si podemos, le hablamos. Tal vez la emoción empieza cuando la llamada está conectando, tal vez cuando nos contesta, tal vez hasta que la llamada ya terminó y sentimos que fue una buena idea el llamarle. Pero definitivamente, su voz nos da calor igual que un sol.
Ahora que, si es nuestro interés amoroso, la cosa se pone aún mejor. Las mariposas en el estómago están sin control. Imposible disimularlas, imposible ignorarlas. Y empezamos a dar vueltas como en el jardín, junto a esas mismas mariposas y recordamos que la vida es maravillosa, que las cosas no podrían estar mejor, que estamos voluntaria y totalmente loc@s por esa persona.
Angélica Cardona @angielocutora
Locutora y fan de la música
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