POR GWENN-AELLE
19 de junio
Otra vez
Todos los años me detengo en esta fecha
Y eso que el desaparecido no es mío, es de Luna y de su hija
19 de junio del 2010
No tengo mucho nuevo que escribir: siguen llevándoselo de su casa, de noche, siguen sacándolo de su cama, hombres de uniforme. Luna sigue dando gracias de que no hayan visto a su hija.
Ya decidió Luna no esperarlo más. Cumplido el plazo necesario, inició los trámites para lograr la declaración de “presunción de muerte” de Héctor. Porque era el paso siguiente, porque era tiempo, porque así es esto, y también porque sí y ya, no preguntes más. Ese papelito es necesario para poder liberar la casa, -Luna ha estado depositando lo de la deuda cada mes en estos años- y para poder escriturarla. No se dio así nada más, Luna tuvo que llevar ella papeles y pruebas, abogado y acudir a las citas. Tuvo que esperar la sentencia, en el plazo que la ley define.
Otra ley —ves que tenemos un chorro— determinó que Luna “tiene derecho a exigir que se siga buscando a Héctor”. Ésta yo no me la sabía, ignoraba por completo que hasta hace unos años ese derecho se pusiera en tela de juicio. ¿Qué caray con esto? La nueva ley, o inciso a) del apartado chingocientos de la antigua ley, ha sido un logro de los buscadores, no de diputados, senadores, políticos, presidentes municipales ni nada. }
Los desaparecidos en México tienen derecho HOY a ser buscados por las autoridades. No significa que la fiscalía se ponga más las pilas —ilusos no somos— pero por lo menos en algún lado dice que es su obligación buscar a los desaparecidos hasta que aparezcan, sin importar presunciones de nada.
Esto no significa en ningún momento que Luna se sienta menos esposa de Héctor,-aunque por ley se disuelva el contrato de matrimonio-, ni que lo considere muerto. Vamos, esto es un movimiento legal, no es ni sentimental ni emocional, no te me pierdas. No es un “pss, ya s’tuvo suave, ya me cansé”. No.
Luna ha recorrido caminos, cavado, hablado, llorado. Ha ido a la CDMX para las marchas, las citas. Se ha hecho de amigos, todos unidos por el lazo indestructible de la desaparición de un ser querido, sea familiar o no. Ha llorado por hijos de otros, por hermanas de otras. Ha dado patadas de rabia por el desierto, sabe hacer y vender pan rico para tener con qué ir y venir. Tiene muchos amigos nuevos, los que pasan así como ella por la terrible desesperanza de no saber. Se mueven juntos, actúan juntos, lloran juntos, y a veces, algunos mueren por el camino sin haber encontrado la parte de su vida que les fue arrancada.
Aprendió a sonreír plenamente otra vez, dice que decidió, difícilmente, pero lo hizo, decidió empezar a vivir otra vez.
Héctor sigue faltando a la mesa, se sigue sin saber dónde está aunque haya más pistas de por qué se lo llevaron.
Del 2010 al 2023… Haz la cuenta: ¿cuántos desayunos de domingo se perdieron? ¿Cuántas lavadas de su camisa preferida? Si las matemáticas no se te dan, nomás te digo que su hija acababa de cumplir 18 cuando se lo llevaron. Hace unos días cumplió 31.
Haz la cuenta.
En el origen estuvo la vida, la chispa divina del amor, llevó a Luna y a Héctor a cumplir con su historia.
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