1 de febrero, 2015

“Me sobran ganas 
De echar atrás el tiempo 
Y no saber como te llamas 
Ya no sentir que calas en mis huesos 

Y despertar sin recordar 
Tu ausencia 
Lo que daría por tener 
Amnesia” 

Amnesia, Juan Solo

A parte de querer ser invisibles, o de querer volar,  por lo menos en una ocasión en nuestra vida también hemos solicitado que uno de nuestros súper poderes o el deseo para el genio de la lámpara fuera la capacidad de borrar nuestra memoria, el olvidar. Olvidar algo que fue y ya no es, algo que no resultó como esperábamos, algo en lo que fallamos, algo que no es como desearíamos que fuera. Para algun@s la memoria no es un problema: olvidan con facilidad y eso, dicen algunas personas, ayuda para ser felices. La mayoría no olvidamos tan fácilmente, peor aún, nos martirizamos una y otra vez repasando algunas escenas, o recordando palabras, momentos, imágenes… sufriendo por la ausencia, sufriendo por la pérdida.

¿Qué pasaría si en lugar de ello nos diéramos a la tarea de agradecer? Agradecer una y otra vez cada instante, agradecer que hicimos lo que pudimos hacer con lo que teníamos y sabíamos en esas circunstancias y agradecer que esas personas se cruzaron en nuestra vida. Agradecer ese tiempo, muy valioso como siempre, agradecer los nombres, agradecer que si cala hasta los huesos quiere decir que seguimos viv@s y que tenemos la capacidad de sentir….de despertar…de recordar….y que la amnesia llegue para olvidar lo que no nos sirve ya.

Angélica Cardona    @angielocutora

Locutora y fan de la música

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