DE UN MUNDO RARO / Por Miguel Ángel Isidro

Como una forma de tratar de entender en qué andan la gustos musicales en mi país, cada cierto tiempo le doy una checada a la playlist “Los 100 videos musicales más populares en México”, que periódicamente se actualiza en You Tube. A través de esa playlist me pude documentar acerca del crecimiento del hip hop mexicano; de la tendencia de los artistas pop a buscar mantenerse vigentes a través con colaboraciones con músicos e intérpretes de otros géneros, y más recientemente, del paulatino desplazamiento del reggaetón como el género dominante en el orbe, cediendo terreno a las nuevas expresiones del regional mexicano: los corridos tumbados, un resurgimiento de la cumbia norteña y hasta los llamados “corridos belicones”.

Casi nunca he tenido tiempo de completar la vista de tan amplio compendio, pero precisamente en una de esas oportunidades, fue que pude descubrir al grupo llamado Yahritza y su esencia. En lo particular, la música de dicho grupo no es de mi especial agrado, pero tampoco me disgusta. En primera instancia me llamó la atención la juventud de sus integrantes, de los que después supe se trata de tres hermanos no mayores de 20 años de edad, y por otra parte, el talento vocal de su cantante.

Así, de primera vista, nada me pareció especialmente relevante ni de la apariencia ni de la música de este conjunto, que ahora sé son nativos de Yakima, Washington, descendientes de una familia de migrantes mexicanos oriundos del estado de Michoacán. La siguiente noticia que tuve de ellos fue al iniciar la controversia por una serie de declaraciones efectuadas por sus integrantes durante una visita promocional a México, en la que con evidente sinceridad, pero también con un absoluto desconocimiento del manejo de las relaciones públicas, expresaron su poco gusto por la comida mexicana y dieron su opinión acerca de lo poco que han llegado a conocer del país.

Los incendiarios comentarios en redes sociales y el alud de notas periodísticas con reacciones de todo tipo sobre el tema, así como el evidente linchamiento mediático del que fueron objeto los tres hermanos me llevó a buscar el video de la respectiva entrevista. En mi personal opinión, reitero, se trata de un trío de adolescentes contestando desde su fuero personal y con una total inexperiencia sobre los riesgos de la vida pública en tiempos de las redes sociales, pero en general nada de mala fe ni arrogancia pude percibir en sus dichos. Ignorancia, si acaso.

Lo más lamentable ha sido percatarse de los fuertes insultos racistas en contra de los jóvenes por sus opiniones sobre México y su comida. Tal pareciera que se hubieran orinado sobre la bandera mexicana o hubieran hecho una parodia del himno nacional, por el nivel de las encendidas y poco racionales reacciones generadas en su contra. ¿Hacia dónde estamos llevando ésta nueva era de “libertad de expresión” que nos obsequian -aparentemente gratis- las “benditas redes sociales”? ¿En realidad los mexicanos no tenemos asuntos más importantes qué discutir que los gustos culinarios de una tripleta de menores de edad?

Es evidente que este nuevo auge de la música regional mexicana exacerba en muchas personas un pretendido nacionalismo; que aunado al entronizamiento de la llamada “narco cultura” genera una mezcla explosiva. Sin duda seríamos un país muy diferente si reaccionásemos con el mismo ahínco a episodios tan dolorosos como el secuestro y asesinato de los cinco jóvenes de Lagos de Moreno, Jalisco, que a las opiniones o comentarios de los “famosos” sobre la inmortalidad de los tacos al pastor o el sentido existencial del perifoneo urbano que compra colchones, tambores, refrigeradores, lavadoras, microondas… “¿ o algo de fierro viejo que vendan?”

Tal parece que la empatía brilla por su ausencia. Porque nadie, al parecer, se ha tomado la molestia de tratar de entender que las declaraciones de esos muchachos corresponden muy probablemente a la de cualquier adolescente mexicoamericano promedio cuyo único contacto con la cultura mexicana proviene de unos padres que muy probablemente se la han tenido que pasar trabajando 14 horas al día para poder acceder al “sueño americano”.

Hace falta convertirse en migrante para entender que nuestro presunto sistema de valores no se transmite por ósmosis. Curiosamente, el pasado fin de semana, en un paseo familiar por el destino de playa de Santa Cruz, California, me sorprendió encontrar la marquesina de un club llamado The Catalyst, ubicado en una de las principales vialidades de la zona urbana de dicha pequeña ciudad, anunciando una presentación de Yahritza y su esencia seguido de la leyenda “Sold Out”.

“¡Vaya! Parece que todavía existen algunos segmentos del público que no se enteran o no se involucran en el odio irracional a un artista por cuestiones ajenas a su música”, pensé, al tiempo que recordaba la anécdota del papá de un amigo en Cuernavaca al que sus padres le confiscaron y destruyeron sus discos de Elvis Presley porque el cantante se había atrevido a decir que prefería besar a tres negras que a una mexicana…

En serio que a todos nos hace falta relajarnos un chingo. Sobre todo por la inminente proximidad de un periodo de campañas electorales en el que los ánimos linchadores de la policía de las redes andará a tope. El horno no está para bollos. Necesitamos elevar el nivel del debate y no dejarnos llevar por las ínfulas de aquellos que creen que el apego a los tacos, las garnachas o el gusto por las micheladas nos acerca o nos aleja del epicentro del caos.

Vivimos en tiempos en los que la autoridad moral e intelectual pareciera haberse puesto de oferta en alguna tienda de autoservicio, y resentimos el permanente acoso de quienes creen haberse comprado todo el inventario. No contaminemos el gusto por la música por causa de debates estériles. Total, como decía Groucho Marx: la política es tan miserable que sólo los políticos deberían ocuparse de ella. ¿Era así la cita?

Twitter:
@miguelisidro

SOUNDTRACK PARA LA LECTURA

Yahritza y su Esencia & Grupo Frontera / (Estados Unidos)


“El Principio” Juan Escumbia / (México)


Control Machete / (México)

https://youtu.be/NSWLLtOEgNk

Por miguelaisidro

Periodista independiente radicado en EEUU. Más de 25 años de trayectoria en medios escritos, electrónicos; actividades académicas y servicio público. Busco transformar la Era de la Información en la Era de los Ciudadanos; toda ayuda para éste propósito siempre será bienvenida....

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